Tres experiencias para que nuestros hijos tengan trabajo
Singapur, Finlandia, Alemania y Suecia implementan iniciativas que marcan el camino de la formación
============ Sólo quienes reciban la formación adecuada podrán transitar con éxito por el nuevo mundo
============ El programa SkillsFuture ofrece un crédito inicial de 500 euros a los mayores de 25 años para invertir en cursos
Luis Jiménez
En una época en que la innovación está generando un enorme cambio productivo, que se acelerará cuando la inteligencia artificial se desarrolle plenamente, la idea de que llegan tiempos complejos para el empleo ha penetrado de manera profunda en la sociedad y está generando mucha incertidumbre. Los optimistas de la cuarta revolución industrial insisten en que estas inevitables transformaciones producirán nuevos trabajos que vendrán a sustituir a los que se pierdan, pero también avisan de que sólo quienes reciban la formación adecuada podrán transitar con éxito por el nuevo mundo.
El reto, por tanto, consiste en adecuar la educación actual, pensada para un contexto muy diferente, a las necesidades del futuro. Según el libro blanco Realizing
Human Potential in the Fourth Industrial Revolution. An Agenda for Leaders to Shape the Future of Edu
cation, Gender and Work, publicado por el Foro Económico Mundial (FEM), los modelos presentes, que se basan en los que se utilizaban hace un siglo, son insuficientes para hacer frente a ese reto.
Formación continua
Los nuevos trabajos requerirán de habilidades cada vez mayores en el terreno matemático y en el lingüístico, así como en la alfabetización tecnológica. Pero además de los contenidos, será esencial que los sistemas educativos desarrollen la capacidad de establecer conexiones entre diversas disciplinas, y todas aquellas habilidades relacionadas con la resolución de problemas, el pensamiento crítico, la empatía, la gestión de proyectos y la creatividad. Los planes de estudio, asegura el Foro, deberán actualizarse permanentemente a partir de las perspectivas y predicciones sobre la evolución de la mano de obra local y global, revisarse con aportes de todas las partes interesadas, incluidas las empresas, y asegurar que los estudiantes tendrán la posibilidad de seguir aprendiendo de por vida.
Aunque el sistema educativo del futuro esté por diseñarse, hay tres experiencias recientes, señala el FEM, que marcan el camino.
Singapur
SkillsFuture, una iniciativa del ministerio de trabajo de Singapur, es una de ellas. Su objetivo es capacitar a la población para que se convierta en una fuerza altamente competitiva en un entorno en el que los trabajos actuales pueden no ser demandados en absoluto en el futuro. SkillsFuture, que está dirigido por el viceprimer ministro de Singapur, cuenta con un sistema de ayudas que permite que cada persona mayor de 25 años reciba un crédito inicial de 500 dólares, que no caduca, con el objeto de que sea usado en los cursos ofertados por el gobierno. No se enfoca sólo a personas inactivas, sino que abarca a toda la fuerza productiva.
Singapur invertirá másde1.000 millones de dólares anuales entre 2015 y 2020 en esta iniciativa. Además, ha establecido un galardón, el Skills Future Study Award, que premiará a quienes desarrollen habilidades específicas en las industrias en auge, y más de 100 becas anuales a empleados de alto rendimiento que pretendan seguir mejorando sus capacidades.
Finlandia
El segundo país reseñado en el libro blanco es Finlandia, cuyo sistema educativo es considerado como uno de los mejores del mundo. Su modelo se basa en conceder la mayor importancia a la formación del profesorado, cuya profesión es considerada de élite y a la que sólo acceden los estudiantes con mejor expediente académico; en un nuevo enfoque de los currículos, con actualizaciones regulares; y en niveles uniformes de calidad en las escuelas.
En las aulas, en lugar de estudiar un temario determinado, se apuesta por analizar temas muy diversos desde un enfoque multidisciplinar, privilegiando la reflexión, el análisis y la interrelación. Además, algunas de sus escuelas cuentan con autoevaluaciones y evaluaciones realizadas por pares cuya finalidad es generar una retroalimentación positiva.
Alemania y Suiza
Alemania y Suiza comparten la tercera experiencia de éxito, que busca que los empleados desarrollen sus habilidades en un entorno eminentemente práctico, compaginando aula y aprendizaje en empresas. En Alemania la Ley de Formación Profesional establece que todos los años habrá 500.000 contratos de formación en empresas, lo que obliga a los estudiantes a pasar tres o cuatro días a la semana en una firma en la que aprenderán los conocimiento precisos, pero también hábitos de trabajo, y se acostumbrarán en integrarse en la cultura de empresa. Este periodo dura entre 2 y 3 años y los alumnos son remunerados por su tiempo.
El sistema suizo sigue un método similar, que compagina la formación en el aula con el trabajo en empresas durante los 3 o 4 años que dura el aprendizaje, periodo también remunerado. Los alumnos, después de titularse, pueden seguir formándose a través del ingreso en la universidad, puerta que su titulación les abre, o bien a través de una amplia gama de cursos que les permiten seguir adquiriendo conocimientos a lo largo de su vida.
El sistema suizo es una sociedad público-privada: las organizaciones profesionales, los cantones y el gobierno federal trabajan conjuntamente para definir planes de estudios y establecer las prioridades que deben seguir.