Economía circular
Los años de crisis demuestran que es posible hacer más con menos
Entre el 2008 y el 2012, la productividad de la economía creció un 85% y el consumo de materiales, un 50%
La aplicación de toda la normativa vigente en materia de residuos crearía más de 52.000 empleos en España
La crisis económica ha sido un duro golpe para el país, pero no todo ha sido para mal. Para sobrevivir, muchas empresas se han visto obligadas a implementar ciertos cambios en los procesos productivos y consuntivos con el objetivo de hacerlas más eficientes. Es lo que llanamente se conoce como hacer más con menos.
El consumo de materiales se ha reducido casi un 50% entre los años 2008 y el 2012, los más duros de la crisis. En este mismo periodo de tiempo, la productividad ha crecido un 85%, mientras que la intensidad por PIB (relación entre el consumo de productos, expresado en toneladas y el PIB en euros) ha descendido un 46% y, por habitante, también casi un 50%. Por otro lado, en el periodo 2000-2013, la intensidad energética ha disminuido en un 20%.
Estos datos han sido recogidos en el primer informe que aborda la situación de la economía circular en España, realizado por la Fundación Cotec para la Innovación con la colaboración de la Cátedra Unesco de Sostenibilidad de la Universitat Politècnica de Catalunya, la Asociación Internacional Reciclar Ciudad y la Asociación para la Sostenibilidad y el Progreso de las Sociedades.
La crisis “truncó un modelo de producción y económico poco eficiente en el uso de materiales y energía”, explica el director general de Cotec España, Jorge Barrero. En su opinión, lo importante es que en esta época de recuperación económica no se vuelva al “viejo modelo”, sino que sea una “oportunidad para producir y consumir de forma distinta”.
Barrero se refiere a la transición de un modelo económico lineal –basado en la extracción, fabricación, utilización y eliminación– hacia uno circular –en el que se minimice la extracción de recursos y la generación de residuos–. Este nuevo modelo económico tiene grandes beneficios, según Cotec, ya que incrementa su propia competitividad y sostenibilidad construyendo “un sistema económico más resiliente y adaptable a la escasez de materias primas y recursos energéticos, así como previendo la volatilidad financiera y propulsando la innovación y eficiencia empresarial, hechos que cambiarán, de manera radical, los patrones de producción y consumo”.
“La transición hacia una economía circular no sólo es necesaria para acabar con las externalidades negativas del sistema productivo actual sino que también es una oportunidad para que determinados negocios puedan seguir siendo viables a largo plazo y para que se creen nuevas empresas y puestos de trabajo”, señala Nicola Tollin, coautor del estudio La situación y evaluación de la economía circular en España. Según cálculos de la Comisión Europea, recogidos en el informe, la aplicación de toda la normativa vigente en materia de residuos crearía más de 52.000 empleos en España. Una cifra que Tollin tacha de “conservadora”.
Parte de los avances registra- dos en materia de productividad, consumo de recursos e intensidad por PIB y energética se deben a “la caída de la actividad económica debido a la crisis”, reconoce el coautor del informe. Sin embargo, otra parte es “porque se están haciendo las cosas bien”, aunque no en todas partes por igual. “Catalunya, Madrid y el País Vasco son las tres comunidades autónomas más avanzadas en materia de economía sostenible”, explica Tollin. Tampoco se están registrando mejoras en todos los campos. España suspende en gestión de residuos. En el periodo 2000-2013, la generación de residuos urbanos disminuyó en un 32%, situándose por debajo de la media de la Unión Europea. Sin embargo, el porcentaje de estos residuos cuyo destino final son los vertederos es muy superior a la media de la UE –un 60% en España frente al 30% del conjunto de países europeos–.
La escasez de recursos propios, los problemas y los costes asociados a la gestión de residuos así como la amenaza que supone el cambio climático, obligan a la economía española a seguir avanzando hacia un modelo más circular si no quiere perder competitividad a largo plazo.