La hija de André Messika, un conocido comerciante de diamantes, creó la firma en el 2005
que ser finas para lucirlas a flor de piel, lo que complica aún más el proceso. “De forma sistemática sometemos las joyas a una serie de pruebas de resistencia desde la fase de diseño y en cada etapa a controles de expertos porque queremos garantizar unos criterios de calidad, muy precisos y rigurosos”, resume Valérie, que recuerda: “Tan seguros estamos, que todas nuestras creaciones tienen una garantía de dos años”.