Empuriabrava se adapta al siglo XXI
La mayor marina residencial de Europa cumple 50 años y potencia su singularidad en la Costa Brava
Nació en 1967 como una urbanización de veraneo para centroeuropeos y medio siglo después cuenta con 6.916 habitantes censados (el 58% extranjeros, de 73 nacionalidades diferentes), que quieren disfrutar de su vivienda buena parte del año, según datos del Ayuntamiento de Castelló d'Empúries, al que pertenece, aunque casi duplica el número de residentes del núcleo antiguo.
Y si bien Empuriabrava sigue ofreciendo como reclamo principal 23 kilómetros de canales artificiales en la desembocadura del río Muga (en el Alt Empordà), con la posibilidad de vivir en una vivienda con un yate amarrado a la entrada, ahora los vecinos piden que las infraestructuras se adapten a las necesidades actuales.
Mejorar el espacio urbano
Así, la celebración de sus 50 años puede ser una oportunidad de oro para un destino que busca consolidar su reposicionamiento como “familiar, deportivo y de naturaleza, con un espacio urbano más amable y adecuado a la gente, y un sector náutico muy potente”, como destaca Salvi Güell, el alcalde de Castelló d'Empúries, que detalla que “nos hemos tenido que poner las pilas para dotar a la Marina de una serie de servicios no previstos inicialmente, empezando por el alcantarillado (que no se completó hasta 2014), las aceras, equipamientos municipales... Ahora estamos haciendo un paseo marítimo nuevo previsto para el final de 2018 que creemos que será un polo de atracción importante, negociamos con la Generalitat y la actual concesionaria de los canales para poder gestionar el mantenimiento, limpieza y vigilancia, y quisiéramos modernizar la zona comercial de San Mori”.
Los franceses, principales clientes
Pero las mejoras anunciadas aún no se perciben en el mercado inmobiliario, según Alexandra Hermida, propietaria de la agencia local Hercasa, quien argumenta que “trabajamos para vender el lujo de los canales y las casas, pero para que los clientes se queden necesitamos más servicios y comercios del nivel que quisieran. A menudo se quejan de que se quedarían todo el año pero no lo hacen porque se aburrirían”.
Por su parte, Markus Thoene, socio de la inmobiliaria Barcelona & Costa Brava Sotheby's International Realty, sostiene que “no se ha hecho suficiente inversión y por eso no tiene el mismo caché que otros lugares del Mediterráneo, pero hay clientes muy vincu- lados, hijos o nietos de los primeros propietarios, y también gente que quiere tener la casa junto al barco, cerca del Cap de Creus”.
Los expertos consultados coinciden en que los compradores franceses predominan los últimos años, seguidos de británicos, belgas, alemanes y escandinavos.
En cuanto al tipo de casa de gama alta más demandada, “suele estar entre los 500.000 y 600.000 euros”, según Thoene, mientras que los clientes con más presupuesto se decantan por “propiedades en los canales más grandes, de más de un millón de euros, que renuevan, amplían o incluso derriban para hacer una más moderna”, explica Hermida.