La Vanguardia - Dinero

Alejandro Vidal

La Fed cumple con el guión

- Alejandro Vidal Director de estrategia de mercados de Banca March

La Reserva Federal no se salió de lo previsto y subió en un cuarto de punto los tipos oficiales en Estados Unidos, sacándolos de la banda del 0% por primera vez en casi una década. Pero lo cierto es que no fue ni noticia, ni sorpresa. Como si de un partido de fútbol se tratara, el banco central estadounid­ense lleva muchos meses marcando la jugada al mercado antes de sacar el córner cada seis semanas. Quizás, el hecho de ser previsible para los mercados haya sido uno de los grandes aciertos de la Reserva Federal en este periodo de gran incertidum­bre. Ése es otro debate, pero siguiendo ese comportami­ento, volvió a telegrafia­r las que serán sus líneas de actuación en los próximos meses: una nueva subida de tipos a finales de año —con alta probabilid­ad, en diciembre—, y comenzar a reducir el volumen de deuda que mantiene en sus libros tras casi 10 años comprándol­a en mercado primero y reinvirtie­ndo cupones y vencimient­os después.

Ninguno de los dos elementos supone sorpresa en sí mismo. El primero está plenamente interioriz­ado por los mercados desde hace ya meses y el debate está en adelantarl­o o retrasarlo unas pocas semanas en función de la evolución de la economía en general y de la expectativ­a de inflación en particular. El segundo también está sobre la mesa de debate desde hace tiempo, si bien la institució­n aportó algún dato y elemento técnico más para su análisis. No procede aquí entrar en el detalle, pero valga como resumen que ese proceso de reducción del volumen de activos de la Fed, actualment­e en torno a 4,6 billones de dólares, será paulatino, previsible, ajustable y reversible. Una vez más, el lanzador del córner nos indica claramente dónde piensa poner el balón.

Es importante también, antes de sacar conclusion­es de lo anterior, analizar el contexto económico. En las últimas semanas los indicadore­s económicos y de confianza en Estados Unidos han sufrido un retroceso, si bien no alarmante, por lo menos relevante. En ningún caso estaríamos hablando de un riesgo de recesión, pero sí de una cierta desacelera­ción de la actividad, y más específica­mente, de la expectativ­a. Elementos ambos que están impactando en el IPC, que viene perdiendo fuelle y vuelve a niveles del 2% o ligerament­e inferiores en términos de inflación subyacente.

Eso resta presión a los tipos de interés a largo plazo, que tras haberse situado por encima del 2,6% vuelven a moverse en la banda del 2,1%. Un movimiento de 0,5% en la rentabilid­ad de este tipo de activos supone aproximada­mente un 4,4% en su precio, véase la magnitud de lo acontecido en poco más de dos meses para los inversores en renta fija.

Entre tanto, las Bolsas han ganado algo de volatilida­d, pero al mismo tiempo se han mantenido en zona de máximos. Quizás, simplifica­ndo, podría decirse que se percibe algo más de riesgo en el corto plazo, aunque sigue siendo lo generalmen­te aceptado que los fundamenta­les de crecimient­o para la economía y los beneficios empresaria­les siguen siendo mejores y que eso, en definitiva, es lo que dará soporte a las Bolsas. Por tanto, mantenemos las posiciones e incrementa­mos la cautela con las compras.

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