Los beneficios empresariales, arriba
Algo más de la mitad de las compañías del Standard &Poors 500, principal índice de la bolsa estadounidense, ha publicado sus cuentas trimestrales y el crecimiento de los beneficios respecto al mismo trimestre del mes anterior se sitúa en el 9,6%, mientras que las ventas avanzan un 5,5%.
Ambos datos son bastante sólidos y, además, vienen acompañados de un ratio de sorpresas positivas del 78% para los beneficios, ligeramente por encima de su media histórica.
Por sectores, las tecnológicas lideran el crecimiento de los beneficios (un 18,6% con un 12% en ingresos), junto con materia- les básicos (14%) y financieros (10,5%). Por tanto, apreciamos una vuelta a la actividad con ingresos crecientes y buen comportamiento de los sectores cíclicos, consistente con el momento expansivo del ciclo económico. Buenas noticias por tanto, que vienen a dar soporte y oxígeno a unos mercados que han mostrado ciertos signos de agotamiento en los últimos meses, hastiados del ruido político que parece cercar cada vez más a la nueva Administración de Donald Trump, incapaz de avanzar en ninguna de las reformas económicas y fiscales que prometió y que situaron a Estados Unidos ante una expectativa inflacionista y de subida de tipos que a estas alturas está francamente defraudada. Prueba de ello es el enfriamiento en las previsiones de subidas de tipos por parte de la Reserva Federal: a día de hoy, la probabilidad del 50% de subida no se da hasta la reunión de marzo de 2018.
Esta menor expectativa de subida de tipos en Estados Unidos, junto con el discurso cada vez más ortodoxo que asume el Banco Central Europeo (BCE) ante la innegable aceleración de la economía en la zona Euro, con economías como la española netamente por encima del 3% de crecimiento o la alemana en la zona del 2% de crecimiento para 2017, han catapultado al euro a sus máximos de dos años frente al billete verde, con una depreciación del 13% en el ejercicio. Este factor difícilmente podrá ser obviado a la hora de ajustar previsiones de beneficios a ambos lados del Atlántico.
En Europa, este ajuste de la divisa equivale a una subida de tres cuartos de punto en los tipos de interés y, por tanto, afectará a la inflación y al crecimiento, además de a los resultados de las compañías exportadoras. Por otra parte, abaratará la factura energética.
En Estados Unidos, esa debilidad del dólar se irá reflejando positivamente en las previsiones de beneficio y, por tanto, seguirá dando soporte a las valoraciones de las compañías en Bolsa. Sin duda, será uno de los factores a tener más en cuenta para la segunda mitad del año.
A medida que avance el año, la economía estadounidense irá resolviendo dudas políticas y el retorno a la actividad volverá a resucitar el mensaje inflacionista, aunque probablemente en menor medida que en el primer trimestre de este año. Al tiempo, el euro caro irá enfriando la economía europea y este proceso revertirá en cierta medida hacia una divisa europea algo más depreciada.