Vivir en una masía cerca de Barcelona
La tranquilidad y un entorno natural convierten las masías de El Vallès y El Maresme en objetos de deseo
Vivir en una masía, en un entorno rural y a un tiro de piedra de Barcelona es una opción que va ganando adeptos cada día que pasa. Y no solo como una manera de escapar de la tendencia alcista de precios de Barcelona, sino como un camino hacia un estilo de vida más slow y natural. Si para unos el lujo es vivir en un piso en el centro de Barcelona, para otros lo es estar en una casa centenaria, rodeados de hectáreas de terreno, y cultivar su propio huerto en sus ratos libres. La tendencia eco y la filosofía de vida slow ha llegado también al mercado inmobiliario.
Maresme y Vallès, el círculo de oro
"Nos encontramos con muchas familias con niños que buscan una vida más tranquila en un entorno natural y no les importa sacrificar la distancia para ir a Barcelona a trabajar", afirma Sonia Catalán, directora de la zona de El Vallès de Engel & Völkers. Catalán explica que la mayoría de clientes que se interesan por las masías en esta zona son extranjeros, casi un 80%. Trabajan en Barcelona pero no quieren vivir en la ciudad. Un poco en la línea de las grandes ciudades europeas o la cultura americana, donde la mayoría de la población no vive en el centro de la ciudad, sino en las afueras. Desde Lucas Fox, Rafael Rosendo, director de El Maresme de esta inmobiliaria, no hace una distinción tan clara entre el cliente internacional y el nacional, pero sí que apunta la importancia de la ubicación. "Quieren estar a unos 20-40 minutos de Barcelona. ¿A una hora y media? No les interesa, porque la distancia se hace más insalvable".
En este sentido, Rosendo afirma que las propiedades más buscadas son las que están en el círculo que se crea entre Tiana y toda la costa hasta Llavaneres, y desde Llavaneres hacia el interior hasta Cardedeu, y de ahí hasta Vallromanes.
El valor de una antigüedad
Rosendo hace una clara diferenciación entre las propiedades que están en la costa y las del interior. "Una masía con vistas al mar puede valer un 20-25% más que una en el interior. Pero las propiedades del interior suelen tener muchas más hectáreas de terreno, que también es un valor que hay que tener en cuenta". En este sentido, Rosendo apunta que "la zona de El Vallès
La ubicación es muy importante. Lo ideal es que la finca no esté a más de 40 minutos de Barcelona Una masía en la costa puede valer hasta un 25% más que en el interior, pero la del interior tiene más terreno
empieza a ver el sol. Hay propiedades muy interesantes, con historia y con muchas hectáreas, en El Vallès, lo que las convierte en piezas muy buscadas, tanto por el cliente de aquí como por el extranjero, que valoran la privacidad, el entorno natural y la vida tranquila que va asociada a una casa de campo".
Sonia Catalán apunta otro elemento que da un plus a estas fincas: "El interés por el mundo del caballo. Las personas aficionadas a la hípica ven en estas propiedades la posibilidad de tener su caballo en casa, cuidarlo, salir a pasear...". Y con la ventaja de estar a un paso de un núcleo urbano, por lo que no tienen que renunciar a los servicios. "Muchas de estas masías en sus orígenes estaban alejadas de todo, pero con la urbanización y el crecimiento de las poblaciones de la zona, masías que antes estaban aisladas ahora están a unos minutos en coche de la población más cercana", explica Catalán.
Para Rafael Rosendo el interés por estas propiedades viene en gran medida de su singularidad. "Son casas con historia, con una belleza única, que, con una buena reforma, se revalorizan de inmediato. Son como una antigüedad. En vez de comprar una casa construida en el 96, prefieren una masía, porque tiene encanto. Además, esa casa del 96 nunca subirá tanto de precio o se revalorizará igual como una masía centenaria". Y lo de centenaria no es casual. "La mayoría de casas son de entre 1600 y 1800, pero hemos tenido alguna de principios del siglo XVI.
En cuanto a los precios, Catalán los sitúa desde los 900 hasta más o menos los 3.000 €/m2. Por su parte, Rosendo hace una distinción entre el comprador nacional y el internacional. "El de aquí se mueve entre 500.000 € y 1.500.000 €. A partir de este precio, suele ser solo extranjero". •