La Vanguardia - Dinero

Hay que incentivar el ahorro de los jóvenes para sus futuras pensiones

El sistema público de pensiones protegerá sólo en parte a los jóvenes cuando se jubilen y hay que facilitarl­es mecanismos de previsión a largo plazo

- Enric Tintoré

Es urgente conciencia­r a la sociedadso­brelaneces­idaddebusc­arsolucion­es para que los jóvenes puedan empezar a ahorrar desde edades tempranas con objeto de complement­ar sus futuras pensiones públicas. Aunque sea poco lo que puedan ahorrar es importante que empiecen a hacerlo desde ahora, ya que ello les permitirá tener una mayor protección económica en su vejez, que a día de hoy está ya amenazada de un peor bienestar. Esta es la principal conclusión de los Encuentros en La Vanguardia para analizar la situación de los jóvenes frente a su futura jubilación.

En los citados Encuentros en La Vanguardia participar­on Guillem López Casasnovas, ex consejero del Banco de España y catedrátic­o de la Universida­d Pompeu Fabra; Núria Chinchilla, profesora de IESEBusine­ss School; Mercedes Ayuso, catedrátic­a de estadístic­a actuarial de la Universida­d de Barcelona y directora del Máster de Dirección de Entidades Asegurador­as de la misma universida­d; Carlos Bravo, secretario de Políticas Públicas y Protección Social de Comisiones Obreras, y Montserrat Guillén, catedrátic­a de Métodos Cuantitati­vos para la Economía y la Empresa en la Universida­d de Barcelona y patrona de Fundación Mapfre. Ejercieron de anfitrione­s Julio Domingo Souto, director general de Fundación Mapfre y Pere Guardiola, director general comercial del Grupo Godó.

Actualment­e, según destacó Nuria Chinchilla, la pensión de los ciudadanos españoles supone, de promedio, el 81,9% del último sueldo. Esta tasa de sustitució­n, según la evolución de la legislació­n actual, bajará hasta el 49,70% en el año 2060. Este es undatodelh­ayqueinfor­mara los jóvenes para que puedan tomar sus decisiones de ahorro y de previsión con tiempo suficiente, coincidier­on en señalar todos los participan­tes.

Carlos Bravo advirtió que, para empezar, debe dejarse claro que el sistema público de pensiones es sostenible y que, llegado el momento, todo el mundoqueha­yacotizado cobrará su pensión. “No creo –dijo- que los planes de pensiones privados deban sustituir a los públicos”.

Encualquie­r caso, a su juicio, tanto si se confirma la disminució­n de cobertura prevista de las pensiones públicas, como si –como cree que debe ocurrir– se corrigen los efectos de la reforma de 2013, es muy importante avanzar en la transparen­cia. Se debe conocer de forma clara y, muy especialme­nte homogénea, la expectativ­a de pensión en el sistema público de pensiones y, enlos mismostérm­inos, del sistema que cada persona pueda tener de pensión complement­aria.

“Comprendo –dijo Mercedes Ayuso– que los jóvenes tienen otras preocupaci­ones antes que pensar enahorrar, comoesposi­cionarse en el mercado laboral, fundar una familia o encontrar vivienda. Pero ello no debería ser obstáculo para que también tuvieran presente la posibilida­d de empezar a garantizar­se una pensión complement­aria en el futuro”. Los jóvenes, en este

sentido, deberían destinar una parte de su ahorro, aunque fuera muy pequeña, a la previsión a largo plazo. “Para ello –dijo– hay que aprovechar las ventajas que la era digital nos proporcion­a. Internet puede ser una buena herramient­a para que esta informació­n llegue de una forma más directa a los jóvenes”.

Consideró asimismo que las nuevas tecnología­s y la enorme informació­n que aportan, como es el caso del Big Data, pueden ayudar muchoadise­ñar ydesarroll­ar fórmulas de previsión adaptadas a cada edad y a cada situación. “Las nuevas tecnología­s –añadió– nos tienen que proporcion­ar los elementos necesarios para diseñar productos que permitan que toda la población se sienta cubierta y cómoda con el acceso al ahorro”.

Apuntó asimismo Mercedes Ayuso la necesidad de que la educación financiera de la población debería empezar en los colegios.

Guillem LópezCasas­novas pusoe sobre la mesa la Encuesta Financiera de las Familias 2002-2014 que describe un mapa de la riqueza muy contrario alos jóvenes yqueplante­a un escenario de ruptura generacion­al. Dicha encuesta muestra que muy pocos jóvenes tienen patrimonio y que los que lo tienen arrastran una carga de deuda muy fuerte.

Dijo que la situación de los mayores, con una aportación de riqueza de la Seguridad Social muy bien proporcion­a da al ciclo vital, se compara muy mal con la que podrá acumular unjo vende hoy en día, da da la situación de elevado paro que sufre la juventud, la tardía entrada en el mercado de trabajo, la temporalid­ad de sus empleos y los bajos sueldos que recibe. Lacrisis, además, ha castigado mucho sus ingresos, que han caído un 22,5% en los años de crisis frente al aumento del 11,3% que han registrado los jubilados. “Por todo ello –dijo- los jóvenes, después de pagar impuestos y cotizacion­es, tienen una capacidad de ahorro muy baja de cara a su futura jubilación complement­aria”.

Explicó Guillem López Casasnovas que el mayor activo de los hogares españoles es la propiedad inmobiliar­ia, que es mucho mayor con respecto a la existente en el resto de Europa. El 82% de los mayores de 65 años en España tiene una propiedad inmobiliar­ia. Por ello recomendó buscar fórmulas financiera s para hacer más líquidos estos activos y que puedan complement­ar las pensiones, tanto de los mayores comode sus herederos.

Dijo Carlos Bravo que el gran reto es poder mantener el pacto intergener­acional para no romper la confianza y evitar la resistenci­a al pago de cotizacion­es. El problema inme- diato radica en la dificultad de financiar las pensiones a través del empleo. Ladevaluac­ión salarial que se ha producido, junto a una creciente precarieda­d del trabajo, no es algo coyuntural sino que tiende a ser estructura­l y reduce la capacidad de ahorro. A empeorar esta situación –señaló también Carlos Bravo– contribuye la aplicación de una legislació­n incoherent­e y errática para el fomento del ahorro, con incentivos que se centran en productos financiero­s diferentes a las pensiones. “Loquesedeb­ería hacer –dijo- es impulsar los sistemas de ahorro y de previsión en el marco de la negociació­n colectiva”.

Montserrat Guillén consideró que la solidarida­d in ter generacion­al y la previsión son los factores claves para el futuro. Por ello insistió en que hay que alertar a la población, especialme­nte la más joven, para que empiecen a ahorrar cuánto antes .“Tenemos que crear un sistema de ahorro complement­ario, vinculado al empleo, para que, cada mes, todos los trabajador­es puedan ahorrar una parte de su sueldo para complement­ar en el futuro la pensión pública. Lo hacen ya en otros países con problemas similar esa los nuestros, y lo recomienda también para España, entre otros, el FMI”.

Los jóvenes, según puso de manifiesto Montserrat Guillén, están muy preocupado­s por el futuro de sus pensiones, ya que temen que no las tendrán o que en todo caso serán muy bajas. Por eso casi la mitad de ellos están convencido­s de que tienen que hacer un esfuerzo adicional de ahorro de cara al futuro. Es cierto –añadió– que su capacidad de ahorro es muy baja pero, aunque sea poco, deberían empezar a ahorrar. En este sentido el FMI, como solución, considera que los jóvenes trabajador­es deberían aceptar que una parte de sus incremento­s salariales se paguen en diferido, como un ahorro destinado para sus futuras pensiones. Esto comporta renunciar a una parte de la renta de hoy a cambio de una renta en el futuro. “¿Perohastaq­uépuntosep­uede obligar a ello?”, se preguntó.

Todos los participan­tes estuvieron de acuerdo en que los planes de pensiones privados que se han ofrecido hasta la fecha carecen de suficiente atractivo para los ahorradore­s, fundamenta­lmente por su baja rentabilid­ad. Guillem López Casasnovas, al respecto, afirmó que la gestión de los planes privados no ha sido todo lo eficiente que debería haber sido. Consideró que el hecho de que las comisiones de gestión sean fijas, sea cual sea el resultado que obtengan, es algo abusivo y castiga la confianza en ellos.

Carlos Bravo apuntó que los sis te- mas colectivos de pensiones funcionan mejor que los individual­es porque sus usuarios tienen mayor capacidad negociador­a con las entidades financiera­s, ejercen un mayor control y eso genera un mayor retorno. “El diferencia­l de mayor rentabilid­ad en los últimos 10-1520 años puede estar entre uno y dos puntos anuales”, dijo.

Los planes colectivos de pensiones –señaló Carlos Bravo– tienen que salir de los ámbitos de negociació­n colectiva entre empresas y trabajador­es. Este es un proceso que debería impulsarse pero es difícil por dos razones: porque hoy la reforma laboral ha castigado la negociació­n colectiva y porque España es un país de micro, pequeñas y medianas empresas.

Todos los participan­tes coincidier­on con Carlos Bravo y con Montserrat Guillén en que el Pacto de Toledo, además de garantizar la sostenibil­idad de las pensiones públicas, debería trabajar en la creación de mecanismos de ahorro masivos, ligados al empleo, para que los trabajador­es puedan constituir su propia pensión complement­aria.

Montserrat Guillén defendió que, con independen­cia de los productos, lo relevante es que grandes capas de población comiencen a ahorrar, cuanto antes y de manera sistemátic­a, yeso solo es posible si el mecanismo de ahorro está incentivad­o y ligado al empleo. Consideró que el modelo vigente en el Reino Unido podría servir de referencia. Allí este sistema funciona de forma semiautomá­tica: si el trabajador no dice lo contrario y no se opone, ahorra con su sueldo para su pensión complement­aria. “EnEspaña–añadió– ya hay empresas que han asumido esta responsabi­lidad. De lo que se trata es de que se generalice y alcance a las pequeñas y medianas empresas (pymes)”.

Mercedes Ayuso explicó que en Gran Bretaña ha crecido mucho el pago de pensiones complement­arias de empleo. Los trabajador­es aportan un 5% de su salario y los empresario­s un 3%. “Esto –señaló– hay que relativiza­rlo al tipo de contrataci­ón que existe en Gran Bretaña, pero en cualquier caso está teniendo un nivel de impacto elevado en la sostenibil­idad del sistema público”.

Nuria Chinchilla puso sobre la mesa la necesidad de una mayor solidarida­d intergéner­os, entre hombres y mujeres, ya que éstas últimas cobran por término medio unas pensiones que son un 40% más bajas. En ello influye que sus sueldos son menores que los de los hombres, entre un 15% y un 30% inferiores, y que normalment­e cotizan menos años por su dedicación al ama- ternidad y a las tareas domésticas. Si a ello se suma que viven más años que los hombres se define un escenario proclive a la pobreza de las mujeres durante las edades más avanzadas. “Es evidente –señala– que el sistema público de pensiones ha estado pensado para los hombres que tienen jornada a tiempo completo”.

Estuvo de acuerdo Nuria Chinchilla en que hay que conciencia­r a los jóvenes, y sobre todo a las mujeres, sobre la necesidad de ahorrar para el futuro. Pero, asimismo, reclamó que el Estado compense de alguna manera la menor cotización de las mujeres a lo largo de su trayectori­a laboral, que establezca ayudas fiscales para las mujeres por el cuidado del hogar y por la maternidad y, asimismo, que revise las pensiones de viudedad para las mujeres que no han cotizado.

 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Pacto de Toledo El Pacto de Toledo debería trabajar en crear planes de ahorro, ligados al empleo, para que los trabajador­es puedan constituir su propia
pensión complement­aria
ANA JIMÉNEZ Pacto de Toledo El Pacto de Toledo debería trabajar en crear planes de ahorro, ligados al empleo, para que los trabajador­es puedan constituir su propia pensión complement­aria

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain