Sala Parés, desde 1840
Las galerías de arte son una tipología de empresas muy personalistas que a menudo desaparecen cuando el galerista que hay detrás se retira o muere, y pocas veces los descendientes o herederos son capaces de seguir una trayectoria que viene marcada por una manera personal de entender el arte y su comercio, mantener la relación de especial afinidad con unos artistas y continuar el proyecto con la intensidad y devoción que requiere.
Por eso es tan singular la historia de la barcelonesa sala Parés, cuyos inicios se remontan a 1840, cuando empieza como casa de materiales de pintor, y se transforma en galería de arte en 1877, lo que la convierte en la más antigua del Estado español. Con la voluntad de celebrar unos determinados años de trayectoria y hacer un reconocimiento a los artistas, coleccionistas, críticos e instituciones que lo han hecho posible, estos días presentan una cuidada exposición, Memòria 140 anys, con obra a la venta de algunos de los que han sido sus artistas clave. Es interesante ver en la publicación que han editado, más allá de las épocas y la cronología de exposiciones que relaciona, cómo han evolucionado los modelos comerciales en torno al objeto artístico. Porque la historia de la sala Parés permite recorrer lo que ha sido la historia del galerismo de Barcelona. Generaciones de barceloneses hemos hecho de la Parés una de las galerías de referencia para adentrarnos en el conocimiento de nuestro arte, y la familia Maragall, que compró la antigua sala en 1925, ha mantenido en todo momento el compromiso con la profesión, con la línea artística y ha defendido los valores de la honestidad y el buen trato.
Bajo la actual dirección de Joan Anton Maragall la galería se va adaptando, con buen criterio, a las necesidades que el mercado pide, justo cuando sabemos que la estirpe continuará de la mano de su hija Helena, persona preparada que está aprendiendo el oficio familiar, y nos reconforta pensar que hay sala Parés para muchos años más.