Los vigilantes de la calidad del software
La IA elimina las tareas más tediosas, pero el toque humano es imprescindible, dice Sogeti
Un 26% de la inversión en software de las empresas se dedica a validar su calidad antes de implantarlo
“El software se está comiendo el mundo”, anunciaba una célebre frase del inversor Marc Andreessen. A gusto de cada cual, la sentencia resulta inquietante o esperanzadora. Pero no hay duda de que el software es el motor de las empresas y, como se está viendo, ocupa el centro de la vida cotidiana de los consumidores. Pero crear software no consiste sólo en tirar líneas de código; su destinatario, el usuario, no es capaz de imaginar esa tarea, pero se queja ante cualquier fallo de un programa. De ahí la relevancia que ha adquirido una actividad carente de glamour que lleva por nombre Aseguramiento de Calidad [QA es la sigla en inglés que se usará en adelante].
Las empresas de todo el mundo destinan ingentes presupuestos al desarrollo yactualización de su base instalada de software. Un 26% de sus inversiones en software lo dedican a testear y validar su calidad antes de ponerlo en producción. Cuando el porcentaje es alto, significa que la validación detrae recursos de su creación. ¿Es bueno que baje?
El aseguramiento de calidad del software suele contratarse como servicio, y el líder del mercado es la empresa Sogeti, que forma parte del grupo Capgemini. Cada año, Sogeti publica un exhaustivo informe que analiza el estado de la cuestión en el mundo y va por su novena edición. La última, sobre la base de 1.660 entrevistas a empresas en 32 países. Devisita en Barcelona, Mark Buenen, vicepresidente de la compañía y responsable del estudio, se sentó a explicar a Dinero las tendencias observadas en el 2017.
La primera puede sorpren- der a quienes cada día leen titulares y textos patrocinados acerca de la transformación digital. Esta, según Sogeti, agrava, no disminuye, la complejidad inherente a la calidad del software. Aquella proporción del 26% debe ser vista como algo bueno, dice Buenen: en el 2015 fue del 35% y en el 2016 del 31%. ¿Por qué lo dice? Porque se necesitan menos personas para hacer pruebas manuales. Es verdad que la automatización avanza (sólo un 16% la practica) y que las técnicas de autoaprendizaje ( machine learning) no bastan para compensar otros factores.
La calidad del software nunca ha merecido una prioridad tan alta como ahora, afirma el entrevis- tado. Este año, los presupuestos de QA volverán a crecer, por dos razones principales: una gran demanda de las empresas por asimilar aplicaciones móviles, a menudo desarrolladas con escaso cuidado por la calidad; por otra parte, el Internet de las Cosas plantea muchas dudas sobre la integridad y seguridad del software asociado. Son dos factores que obligan a extremar el testeo y por esto Sogeti prevé subidas en el porcentaje de gasto en QA, hasta el 32% del total en el 2020.
A medida que ganan terreno las nuevas metodologías de desarrollo Agile y DevOps, los procedimientos cambian y los equipos de desarrollo son más flexibles, pero un abrumador 99% de las empresas encuentra complicaciones a la hora de poner en producción las aplicaciones. Con cautela, Sogeti recomienda una combinación de cualidades, integrar equipos mixtos con testers y desarrolladores.
“Hace cinco años, el testeo se hacía en grandes centros donde se recibía una caja negra con lo hecho por los desarrolladores; se analizaba y se generaba un informe. Punto. Hoy no se puede funcionar así”. En su opinión, la calidad es responsabilidad compartida: los desarrolladores deben asumir el criterio de calidad y los testers imbuirse de las necesidades del cliente.
La QA aporta valor al poseer conocimientos tecnológicos más allá de los lenguajes de programación usuales, asevera Buenen. En ese caso, ¿qué puede aportar la inteligencia artificial? “Ya lo están haciendo al eliminar tareas tediosas [...] pero es imprescindible el toque humano, siempre harán falta profesionales capaces de conectar la lógica del desarrollo con la experiencia del usuario final”.
La conversación con Mark Buenen gira hacia el futuro de la profesión de tester como parte del empleo en tecnologías de la información. ¿Por qué dedicarse a ella con lo fácil que –supuestamente– es crear una start-up para desarrollar software? “Entiendo que tenga esa impresión, pero me han comentado que en el mercado español hay una fuerte demanda de profesionales versátiles”.