El catalizador del beneficio empresarial
Los primeros meses del año han estado marcados por la vuelta de la volatilidad y unos mercados financieros que reflejan una mayor sensibilidad al incremento de los riesgos de política económica. En particular, preocupan las medidas proteccionistas a escala mundial, a las que se unieron en las últimas jornadas ciertas tensiones geopolíticas en Siria. Con ello, la prima
de riesgo política volvió a hacer acto de presencia y fue uno de los principales detonantes del peor comportamiento de la renta variable.
Las probabilidades de que continúe una mayor escalada de las tensiones, tanto comerciales como geopolíticas, se deberían ver frenadas. Nuestro escenario central es que se eviten una subida general de las tarifas y otras medidas proteccionistas, ya que un deterioro adicional de las relaciones comerciales crearía un entorno económico en el cual todas las potencias se verían perjudicadas. Por ello, consideramos que es importante no actuar precipitadamente ante temores de carácter más político, ya que los actuales fundamentales económicos son alentadores y deberán apoyar una recuperación de las bolsas tras un comienzo del año más dubitativo.
Sin embargo, para que veamos esta mejora prevista para las bolsas serán necesarios al menos dos factores: una dilución de la mencionada prima de riesgo política y, sobre todo, un catalizador que apoye la recuperación de la confianza de los inversores. ¿Serán los beneficios empresariales este detonante?
Las perspectivas apuntan a que la temporada de publicación de resultados será positiva, en parti- cular en Estados Unidos, donde empezaremos a confirmar el efecto de los estímulos fiscales en las cuentas de las empresas. Centrándonos así en el índice S&P500, se espera un incremento de los beneficios del +18,5%, pero más importante es que en términos de ingresos –no afectados por las alteraciones fiscales– se espera también un elevado dinamismo con un aumento del +7% interanual.
Bajando a escala sectorial, vemos que los líderes en términos de crecimiento de ventas son los sectores de la tecnología, la energía, los materiales y el industrial. Utilizando una vez más como muestra el S&P500, el avance previsto para los ingresos del sector tecnológico y de energía es del +14%, y para el industrial, del +7,6%.
En resumen, las expectativas para esta temporada son alentadoras y también exigentes, pero confiamos en que las empresas podrán superarlas, dado que los datos de actividad mundial se han mantenido sostenidos y deberíamos verlos reflejados en las cuentas de resultados. De hecho, las propias guías que han estado presentando las compañías antes del comienzo de la temporada van en esta línea: 53 empresas han mejorado sus previsiones de beneficios, lo que se compara muy favorablemente con la media de los últimos cinco años (28 empresas).
Un crecimiento de los beneficios empresariales sólidos unido a que las valoraciones actuales son ya menos exigentes –el múltiplo PER que un inversor afronta en el índice agregado de bolsa mundiales, MSCI ACWorld, es ahora del 14,7x frente al 16,4x exigido a finales del año pasado– son los principales motivos que nos permiten mantener una visión positiva para las bolsas en los próximos trimestres.