El transporte por mar intenta ser más sostenible
La industria del sector se compromete a reducir emisiones y evitar los daños sobre el medio marino
Hace años que la industria del transporte mundial tiene claro qué rumbo debe seguir. Como principal medio de transporte de mercancías (el 80% viaja por mar, un papel que va en aumento), ha de buscar soluciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y evitar los daños que produce sobre el medio marino. Sólo así conseguirá aportar su granito de arena en la lucha contra el cambio climático.
Con este objetivo en mente se han reunido esta semana en Londres los 173 estados miembros de la Organización Marítima Internacional (OMI). La adopción de una estrategia inicial para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero ha sido una de las cuestiones principales. El transporte marítimo es responsable de alrededor el 2,5% de las emisiones mundiales, y se prevé que estas emisiones aumenten entre un 50% y un 250% para el año 2050.
Reducir las emisiones pasa en primer lugar por la adopción de un combustible alternativo al fueloil. Aunque existen embarcaciones que funcionan con gas natural licuado, mientras que muchas otras incluso cuentan con instalaciones de energía renovable a bordo, la realidad es que las energías alternativas aún no son cien por cien funcionales en la industria naviera, según señala un estudio de la Universidad de Manchester.
Pero no todo está perdido. Las emisiones de dióxido de carbono podrían reducirse en un 75% aplicando medidas operacionales e implantando tecnologías ya existentes, según la OMI. “Las medidas que se vienen aplicando ya son principalmente de dos tipos: técnico y operativo. Dentro de las medidas técnicas, están las mejoras hidrodinámicas para reducir la resistencia y mejorar la propulsión, aumentar el rendimiento de los motores, introducir recuperadores del calor de los gases de exhaustación... Dentro de las operativas: navegar a velocidad reducida, optimizar el calado y la inmersión del bulbo, optimizar la ruta teniendo en cuenta la meteorología...”, explica Manuel Carlier, director general de la Asociación de Navieros Españoles (Anave).
En la línea de la lucha contra el cambio climático y la eficiencia energética, también se ha analizado la reducción del contenido de azufre en los combustibles marinos. A partir del 1 de enero del 2020 el fueloil de los buques no podrá contener más de un 0,5% de azufre (fuera de las zonas de control designadas, donde el límite es de 0,1%). De esta forma, se reducirán significativamente las emisiones de óxidos de azufre procedentes de los buques. “A escala mundial se está produciendo un descenso del consumo del combustible de alto contenido de azufre y en la reducción de emisiones a la atmósfera, y desde luego el sector marítimo también está contribuyendo a ello”, señala el vicepresidente primero del Clúster Marítimo Español, José Lara. Sin embargo, el director general de Anave advierte que el cumplimiento de esta normativa supondrá un “coste enorme” para los buques.
En el encuentro de la OMI también se discutió sobre la entrada en vigor en septiembre del año pasado del convenio sobre la gestión del agua de lastre. “En los próximos seis años, todos los buques, gradualmente, deberán instalar equipos para el tratamiento del agua de lastre a bordo, de modo que cuando se descargue en otra zona, no contenga organismos vivos que puedan perjudicar el ecosistema local”, explica Manuel Carlier.
Ambos expertos consultados aseguran que el futuro del transporte seguirá pasando por el mar. El rumbo está claro. Falta conocer la velocidad de crucero.