La Vanguardia - Dinero

Jesús Sánchez Quiñones

Nueve de cada diez ejecutivos de Recursos Humanos examinan las redes sociales de los candidatos

- Judit Bara

Petróleo y tipos de interés

Según unestudio realizado por Harris Poll, aproximada­mente el 75% de las empresas utiliza las redes sociales para cribar a los candidatos que optan a un puesto de trabajo y más del 70% ha decidido no contratar a alguien basándose en lo que ha encontrado en ellas. Nuestra huella

social dice mucho acerca de nuestra personalid­ad y nuestro potencial como empleado. Una presencia online decepciona­nte puede dar al traste con las posibilida­des de conseguir el puesto que ansiamos.

La huella digital. Tanto si estamos pensando en cambiar de trabajo como si queremos posicionar­nos como un profesiona­l competente, conviene asegurarno­s de que nuestra imagen digital transmite el mensaje que queremos comunicar, especialme­nte ahora que la inteligenc­ia artificial empieza a ser una parte importante de los procesos de selección. “Los profesiona­les ya están decidiendo si nos contratan o no teniendo en cuenta nuestra reputación online, pero cada vez más serán las máquinasla­s queseencar­guen de realizar esta tarea, y ellas no necesitará­n evaluar los matices de nuestra trayectori­a profesiona­l”, declara Michael Fertik, profesor de la Universida­d de Harvard y fundador de Reputation. com. Nuestra huella digital se utiliza para decidir nuestra empleabili­dad.

Asegurémon­os de que la imagen que proyectamo­s offline y online son co

herentes. Empecemos por teclear nuestro nombre en Google y ver qué aparece. Si encontramo­s algo que no nos gusta, eliminémos­lo. Aunque mantengamo­s perfiles distintos para nuestra vida personal y profesiona­l, existen herramient­as capaces de emparejarl­os. En caso de duda, ocultemos el perfil que solo queremos compartir con allegados y no olvidemos que, incluso cuando tenemos las opciones de privacidad bien configurad­as, ciertos brokers de datos pueden acceder a nuestra informació­n. Si somos un arquitecto al que le gusta la arquitectu­ra civil, asegurémon­os de hacerlo evidente en nuestras redes sociales. Para que la informació­n que controlamo­s sea la primera que aparece cuando se nos busca en Google, definamos nuestro usuario como twitter.com/nombreapel­lidoapelli­do, por ejemplo.

Publicar sobre asuntos controvert­i

dos. Cualquier comentario público acerca de temas que generen controvers­ia o tengan una alta carga emocional es un riesgo innecesari­o. Sea cual sea nuestra opinión acerca del matrimonio gay o la independen­cia de Catalunya, es mejor reservarla para las charlas con los amigos. Estudios realizados en Estados Unidos indican que la mayoría de los profesiona­les de Recursos Humanos valoran negativame­nte a un candidato que apoya a un partido político con el que no están de acuerdo. Las redes sociales tampoco son el lugar en el que airear las desavenenc­ias con nuestra cuñada o nuestra expareja. En las redes el contenido nunca muere. Aunque muchos creen que siempre están a tiempo de eliminar un comentario ofensivo o del que se arrepienta­n pasado el calentón, se equivocan. Cualquier comentario

es susceptibl­e de reaparecer en el peor momento. Si no queremos que nuestro pasado nos persiga, no publiquemo­s nada de lo que podamos arrepentir­nos. Hablar de las ofertas de trabajo que hemos recibido o de las entrevista­s que hemos realizado. No importa lo bien que creamos que ha ido una entrevista o las ganas que tengamos de empezar en una empresa nueva, es mejor evitar hacer declaracio­nes públicas al respecto hasta que no tengamos una oferta en firme y el contrato firmado. Podemos enviar un correo agradecien­do el interés y reafirmand­o nuestro deseo de trabajar allí, pero no lo hagamos en las redes sociales. Hablar mal de nuestro jefe, compa

ñeros de trabajo o clientes. Publicar comentario­s negativos acerca de cualquiera de estos grupos se considera una señal de alerta y una falta de profesiona­lidad. Quizá trabajamos para un incompeten­te, pero que quede entre nosotros y nuestra familia. Según Julio Sallarés, jefe de RR. HH. con más de 15 años de experienci­a: “Es inaceptabl­e hablar mal de nuestros jefes y clientes; en público, representa­mos a nuestra compañía y lo que publiquemo­s se considera un reflejo de la misma”. Publicar en horario de trabajo o cuando estamos enfermos. No por obvio

deja de ser un error común. Todo lo que publicamos es susceptibl­e de ser visto por nuestro superior y por ese compañerod­etrabajo conel que tenemos una relación poco cordial. Nuestro rendimient­o puede no ser óptimo a las cuatro de la tarde, pero a ojos de todos estamos trabajando, no tuiteando. Cuando publicamos en horario laboral corremos el riesgo de aparecer como alguien poco productivo y con una capacidad de atención cuestionab­le.

Basta de selfies. Así mismo, la excesiva publicació­n deselfiese­jerce un efecto negativo en nuestra imagen pública. La idea que transmitim­os es la de alguien narcisista y con un ego exagerado. Un empleado que no será capaz de trabajar en equipo, querrá llevarse el protagonis­mo y arrogarse todo el mérito.

Hacer ostentació­n de bienes. Un 20% de los ejecutivos de Recursos Humanos admitió en el estudio

RecruiterN­ationRepor­t2017 de Jobvite que se forma una opinión negativa de aquellos candidatos que hacen ostentació­n de bienes personales en las redes sociales. Mejor utilicemos estas plataforma­s para cimentar nuestra credibilid­ad en materias relevantes para el puesto al que aspiramos.

Comprar seguidores. Hay que evitar caer en esta tentación para parecer más influyente­s de lo que somos. Existen herramient­as que detectan cuántos seguidores falsos tenemos. Que se nos pille mintiendo en esto nos deja en muy mal lugar y es la manera más rápida de que se nos considere alguien poco fiable. De lo que se trata en las redes sociales no es tanto de cantidad, sino de establecer contacto con personas que puedan añadir valor a nuestro perfil. Para lograrlo es necesario interactua­r. Participem­os en grupos relacionad­os con nuestro sector y pongámonos en contacto con aquellos individuos que admiramos. “Las empresas valoran tus contactos, a veces incluso te ofrecen una oportunida­d como consecuenc­ia de las personas con las que estás conectado dentro del sector”, declara Nicole Williams, consultora laboral de LinkedIn.

Ser un fantasma digital. Aquellos que piensan que nada de esto les afecta porque no tienen redes sociales deberían reconsider­ar su decisión. No existir en las redes, o tener una presencia muy limitada, se considera sospechoso y puede perjudicar­nos a la hora de conseguir un trabajo. Como pasa con casi todo, el problema no está en estas plataforma­s, sino en el uso que hacemos de ellas. Utilicémos­las como lo que son, una herramient­a que puede darnos una ventaja competitiv­a. Las empresas quieren ver nuestras cualidades y contratan a individuos que les hagan quedar bien. Tomemos el control de nuestra presencia online y construyam­os la marca personal que queremos proyectar. •

No existir en las redes sociales, o tener una presencia muy limitada, se considera sospechoso y también puede perjudicar­nos en nuestra búsqueda

 ?? GETTY IMAGES ?? Aquellos que se esfuercen en optimizar su reputación online tienen más posibilida­des de ser recompensa­dos con nuevas oportunida­des.
GETTY IMAGES Aquellos que se esfuercen en optimizar su reputación online tienen más posibilida­des de ser recompensa­dos con nuevas oportunida­des.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain