Perder el suelo fértil: el peor negocio del planeta
El informe del Ipbes advierte de los impactos ecológicos y económicos de la degradación
La Tierra está perdiendo una de sus mayores riquezas: los suelos fértiles. La degradación del suelo provoca cada año unas pérdidas equivalentes al 10% del producto bruto anual mundial, como consecuencia de la pérdida de biodiversidad biológica y de los servicios que ofrecen los ecosistemas naturales (por ejemplo, el agua potable y los productos agrícolas).
Estas son algunas de las conclusiones del informe aprobado esta primavera en Medellín (Colombia) por el plenario de la Plataforma Intergubernamental Científica sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (Ipbes por las siglas en inglés), un organismo independiente que cuenta con la participación de 129 estados y el apoyo de la ONU.
El gestión no sostenible de las tierras de cultivo y de pastoreo; así como la ocupación incontrolada de espacios de gran riqueza natural –incluidos los incendios intencionados– son los factores más importantes del fenómeno global de degradación del suelo que se registra en nuestro planeta.
El proceso de pérdida de suelos pone en peligro la alimentación y el acceso al agua potable de dos quintas partes de la población mundial, y está llegando a niveles “críticos” en muchas partes del mundo, afirma el Ipbes.
“Con impactos negativos sobre el bienestar de por lo menos 3.200 millones de personas, la degradación de la super- ficie terrestre de la Tierra a través de las actividades del hombre está empujando al planeta hacia la sexta extinción masiva de especies”, afirmó el profesor Robert Scholes (Sudáfrica), copresidente de la evaluación junto con el doctor Luca Montanarella (Italia).
La degradación del suelo se manifiesta de muchas maneras: abandono de tierras, disminución de poblaciones de especies silvestres, pérdida de suelo y de salud de la tierra, prados y agua dulce, así como la deforestación; destaca el documento del Ipbes.
El informe científico internacional afirma que los factores subyacentes que impulsan la degradación del suelo son los estilos de vida de alto consumo en las economías más desarrolladas, combinados con el aumento del consumo en las economías emergentes.
Según este informe, en Europa y Asia Central se ha extendido el abandono de los sistemas tradicionales de uso de la tierra así como la pérdida de las prácticas y el conocimiento de la población local vinculada a la tierra. Los subsidios basados en la producción, que impulsan el crecimiento en los sectores de la extracción de recursos naturales –en contra de la silvicultura y la agricultura de calidad–, tienden a exacerbar cuestiones conflictivas sobre el uso de la tierra, a menudo afectando el territorio disponible para los usuarios tradicionales.
Las pérdidas económicas debidas a la degradación del suelo son enormes. El doctor Montanarella destaca que las predicciones apunta que “para el año 2050, la combinación de degradación del suelo y cambio climático reducirá los rendimientos globales de los cultivos en un 10% como promedio y en hasta un 50% en algunas regiones. La mayor parte de la degradación ocurrirá en América Central, y del Sur, África subsahariana y Asia; las áreas r las que le quedan la mayor cantidad de tierra adecuada para la agricultura”. “En poco más de tres décadas, e4.000 millones de personas vivirán en zonas áridas”, destaca el codirector del estudio.