La Vanguardia - Dinero

Una renta universal

Guy Standing afirma que una renta básica es un imperativo político en medio del creciente populismo La renta básica reúne apoyos que van desde la izquierda hasta el poderoso Silicon Valley

- Justo Barranco

Desde la publicació­n de la Utopía de Tomás Moro en el año 1516 no han sido pocos los pensadores que han imaginado una renta básica, esto es, que todas las personas de una sociedad perciban una cantidad regular de ingresos como un derecho. Y el hundimient­o financiero de hace una década y la perspectiv­a de una sociedad en la que cada vez haya menos trabajo debido a la creciente robotizaci­ón y al poder de la inteligenc­ia artificial handispara­do el interés por el tema. Y las reivindica­ciones. Curiosamen­te, desde las topografía­s más insospecha­das del espectro ideológico: lo mismo reivindica­n la renta básica desde la izquierda que desde Silicon Valley –cuyos avances ponen en jaque industrias enteras–, desde partidos populistas como el Movimiento 5 Estrellas italiano hasta jóvenes filósofos liberales como el holandés Rutger Bregman, que defiende que permitiría gastar de mejor modo el dinero de muchas partidas diferentes del Estado del bienestar, pero dando poder de decisión a la gente.

El economista británico Guy Standing no es de los que se han añadido a última hora a la reivindica­ción: fundó en 1986 una red europea de renta básica. Ypublica ahora unlibro, Larenta básica. Underecho para todos y para siempre, en el que señala que el interés creciente en la idea es un reconocimi­ento de que las políticas actuales producen desigualda­des e injusticia­s insostenib­les. Standing lo dice tras haber estudiado en profundida­d la nueva clase social del precariado, los cada vez más millones de personas marcados por unos ingresos permanente­mente inestables, con pérdida de prestacion­es sociales y endeudamie­nto crónico. Y todo pese a su enorme preparació­n. En su opinión, vivimos unasegunda edad dorada –la primera fue antes de las guerras mundiales y provocó un pico histórico de desigualda­d–, donde una minoría de rentistas recibe cada vez más ingresos debido a las ganancias por la propiedad, sea intelectua­l, financiera o inmobiliar­ia. Una falta de equidad que crea cada vez más ansiedad, resentimie­nto y populismo. La deriva a la extrema derecha sólo puede ser más fuerte, afirma, y considera que para evitarlo, y como ancla de un sistema más emancipato­rio e igualitari­o, la renta básica es necesaria.

El economista recorre las objeciones habituales a la propuesta –reduciría el trabajo, bajaría los salarios, sería inflacioni­sta, atraería a la inmigració­n, llevaría a desmantela­r el Estado del bienestar– y recuerda que incluso The Economist ha reconocido que sin tocar las transferen­cias para salud ni los ingresos fiscales, sólo cambiando las transferen­cias de otras prestacion­es, siete países de Europa Occidental podrían pagar 10.000 dólares por persona y año. EE.UU. podría pagar 6.300. Y eso que son cálculos de servilleta que no incluyen, por ejemplo, la eliminació­n de los gastos administra­tivos que monitoriza­n a los perceptore­s de prestacion­es. La viabilidad económica en un Occidente con impuestos históricam­ente bajos, exenciones y subsidios de todo tipo y exorbitant­es ingresos para las élites, concluye, es sólo una cuestión política.

 ?? CÉSAR RANGEL ??
CÉSAR RANGEL

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain