Versatilidad y originalidad
Carisma y personalidad únicos para la carrocería más singular de la gama
El Clubman viene a ser el familiar la estirpe MINI, ampliada en los últimos años con variantes más funcionales y prácticas, como el 5 puertas y el nuevo Countryman. El espacio, la capacidad, la flexibilidad y la versatilidad eran demandas recurrentes de los clientes fieles a esta firma que deseaban contar con un vehículo que cumpliera como único coche pero contara con los rasgos y características estéticas tradicionales de la marca británica.
Para quienes precisen las ventajas que otorga una carrocería break, pero sin renunciar a unas medidas exteriores compactas, el Clubman –que mide 4,25 m– es una buena opción. Y, dentro de las variantes mecánicas y de transmisión ofertadas por el fabricante Oxford, el Cooper automático proporciona una agradable y confortable conducción que encaja muy bien con su filosofía familiar y su orientación viajera.
El motor que anima esta versión es un bloque de tres cilindros y 1,5 litros gasolina que desarrolla 136 CV de potencia y 220 Nm de par. Lo más destacado de esta voluntariosa mecánica es su suavidad. En combinación con la caja automática con convertidor de par de 6 relaciones (lástima que esta unidad no contara con levas), ofrece un rendimiento adecuado aunque sin resultar especialmente deportivo ni contundente, sobre todo ante una demanda rápida, exigente e inmediata de potencia. Sin embargo, una vez en marcha y lanzado, lo cierto es que la conducción es extremadamente suave, con una gran sensación de ligereza y finura.
Resulta silencioso y francamente cómodo para distancias largas con una apreciable eficiencia (certifica sólo 5,1 l/100 km). Bien asentado y aplomado sobre el asfalto en vías rápidas gracias a su larga batalla –2,67 m– demuestra ser ágil y dinámico también en carreteras viradas gracias a una equilibrada puesta a punto del chasis, con la habitual sensación deportiva de Mini pero sin limitar el confort. Dirección y suspensión trabajan de forma brillante, aunque esta versión agradece una conducción pausada y relajada. El precio del diseño Las plazas traseras son bastante generosas, especialmente en distancia al tratarse de un Mini maximizado para ser más aprovechable. Su maletero ofrece unos respetables 360 litros ampliables a 1.275 y la boca de carga es amplia gracias a sus dos puertas batientes. Son muy cómodas de abrir pero no tanto para cerrar, al ofrecer bastante resistencia. Además, cargar precisa de un espacio de maniobra bastante amplio debido a su doble hoja en ángulo recto.
Respecto a la presentación, convence por la originalidad de su diseño interior, la calidad de sus materiales, la ergonomía de sus mandos (excepcional agarre de su volante de aro ancho) y la consistencia y empaque de sus componentes.
Eso sí, todo eso se paga: 28.750 euros de tarifa y casi 35.000 sumando todos los extras que equipaba esta unidad.