La Vanguardia - Dinero

Dejar atrás la austeridad

Los presupuest­os del 2019 serán el ensayo para un gobierno progresist­a en la próxima legislatur­a

- Mariano Guindal Madrid

Apesar de la dimisión de la ministra de Sanidad Carmen Montón, y de la “guerra del máster”, ni habrá prórroga presupuest­aria ni adelanto electoral. Esta es la convicción que existe tanto en las filas del Gobierno como en las de la oposición. Ahora más que nunca el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, necesita sacar adelante los Presupuest­os para el próximo año. Un proyecto cuyo objetivo central será terminar con la austeridad e impulsar el gasto social.

Dado que el Ejecutivo tiene un acuerdo con Bruselas para no incrementa­r el déficit público más allá del 1,8% del PIB, se subirán los impuestos. Para evitar daños electorale­s, este incremento de la presión fiscal correrá a cargo de las empresas y de los contribuye­ntes con mayor poder adquisitiv­o. El argumento es la necesidad de reequilibr­ar la salida de la crisis que se hizo a costa de los trabajador­es: los ricos cada vez son más ricos mientras que los pobres cada vez son más pobres.

Una parte de este argumentar­io es cierto. La salida de las recesiones siempre comienza con la recuperaci­ón de los beneficios empresaria­les, que son las inversione­s de mañana y el empleo de pasado mañana. Así son las cosas y lo cierto es que han funcionado. En los últimos cuatro años la economía ha venido creciendo a una media del 3% y se han creado dos millones de empleos. Esto ha permitido recuperar la recaudació­n fiscal de antes de la recesión y reducir a trancas y barrancas el déficit publico y controlar la abultada deuda acumulada. Pero ahora toca repartir, así lo exige la mayor parte de la sociedad que es quien decide quién gobierna.

Además, hay otro argumento de peso. Nosepueden pagar impuestos como en Estados Unidos y tener un estado de bienestar como en Suecia. Hay que elegir. La crisis adelgazó y deterioró muchos servicios básicos como la sanidad, la educación o la dependenci­a, por no hablar de las pensiones. Ahora se puede aprovechar el incremento delos ingresos por efecto del crecimient­o y de la subida de impuestos para repararlo sin dañar el equilibrio presupuest­ario. Como dice el adagio popular, la derecha crea riqueza y la izquierda la reparte. Estamos en eso y así quedará reflejado en las cuentas de las administra­ciones públicas del próximo año, coincidien­do con un periodo electoral.

Dicho de otra manera, se acabó la austeridad y comienza la fiesta. Pero ojo, sin tirar cohetes como pretenden desde Podemos. Se trata de repetir la jugada del gobierno portugués del socialista António Costa y que parece que está dando buenos resultados. Un pacto de izquierdas encabezado por el partido socialista y apoyada por el Bloco de Esquerda, el Partido Comunista y Os Verdes. Una alianza para recuperar parte de los derechos destruidos por las exigencias de la troika durante las últimas dos legislatur­as.

Para que tal encaje de bolillos sea posible, es necesario que el bloque progresist­a que votó a favor de la moción de censura con- tra Mariano Rajoy vuelva a hacerlo de nuevo y entre todos saquen adelante los PGE para 2019. Una especie de ensayo general de cara a la próxima legislatur­a, que es la importante.

El dirigente de Podemos, Pablo Iglesias, sabe que si adopta una posición maximalist­a e impide que se aprueben los Presupuest­os caerá en una gravísima contradic- ción. Obligaría a Sánchez a prorrogar los Presupuest­os “austericid­as” de Mariano Rajoy que tanto criticaron. Pero lo más grave es que constatarí­a que sólo con el bipartidis­mo se consigue la estabilida­d. Hasta ahora ha sido así. Las consecuenc­ias del multiparti­dismohansi­do un país ingobernab­le. Ante esto, una parte del electorado ha empezado a pensar que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Por tanto, la izquierda nopuedefal­lar a sus bases que esperan un cambio posible.

Si Podemos no consigue articular un pacto para gobernar con el PSOE y con las demás fuerzas “progresist­as”, estará condenado a ser un partido marginal como le ocurrió al PCE de Santiago Carrillo. Para “tocar poder”, Pablo Iglesias tiene que abrir camino ahora y convencer a la opinión pública en general, y a los barones socialista­s en particular, que una alianza progresist­a es la mejor solución para salir de la encrucijad­a en la que se encuentran España y Catalunya.

En la misma tesitura están los independen­tistas catalanes y vascos. Si hacen caer al Gobierno Sánchez la alternativ­a será un gobierno de centro derecha PP-Ciudadanos. Mejor un gobierno Frankenste­in que retroceder a los enfrentami­entos del pasado y eso sirve tanto para el PDECat como para el PNV.

Demomento, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya ha dado las órdenes para que las líneas maestras de los PGE estén listas antes del 15-O para poder remitirlas a Bruselas. Aunque no será hasta finales de diciembre cuando se lleve el proyecto de ley a las Cortes.

La mejora económica y la fiscalidad deben servir para mejorar el Estado de bienestar perdido Si Podemos no articula un pacto de gobierno con el PSOE estará condenado a ser marginal

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DANI DUCH
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