Europa, en la cuerda floja
Ni las tensiones comerciales ni la crisis en la Casa Blanca pueden frenar al mercado alcista más longevo de la historia. Y es que desde los mínimos marcados por el S&P500 el 3 de marzo del 2009 en los 676,53 puntos, el selectivo se revaloriza por encima del 330%. La economía americana se mantiene fuerte y los riesgos de recesión siguen siendo bajos. Con una tasa de crecimiento del 4.1% y con la FED planeando dos subidas más de tipos antes de que acabe el año, el dólar se fortalece arrollando a todos aquellos mercados emergentes con elevadas deudas denominadas en dólares estadounidenses.
En Europa los principales índices bursátiles se ven penalizados por las inversiones de sus empresas en países emergentes. El BCE trata de revertir la situación; en su comparecencia este jueves Mario Draghi sigue mostrándose confiado en un repunte de la inflación, y su tono haw
kish, de línea dura, en materia de política monetaria impulsa al euro, hace descender al bono y procura por la banca. Nos echa un cable el Banco Central de Turquía, que subiendo los tipos hasta el 24% frena la caída de la lira y calma a los mercados.
No tiramos la toalla. Según datos publicados por Merrill Lynch Bank of America, la semana pasada se registró la primera entrada de dinero en acciones europeas (300 millones de dólares) después de 25 semanas de salidas de capital, y superando la entrada de 100 millones en fondos estadounidenses. Esta semana se ha confirmado también la extensión de las negociaciones con China a petición de Estados Unidos. Si los mercados logran aislar el ruido político y hay fuerza para superar las resistencias inmediatas, la figura de vuelta es prometedora.