CRÍTICA Y BRILLABAN LAS ESTRELLAS
Brigitte Szenczi y Juan Antonio Mañas Sala Parés. Barcelona | Hasta el 11 de noviembre | Precios de 700 a
3.800 euros | Tel. 93-318-70-20
E lucevan le stelle (Y brillaban las estrellas). No puedo escuchar esta pieza de Giacomo Puccini sin sentir un cierto estremecimiento, por contagio directo con lo sublime, especialmente si el cantante es Luciano Pavarotti. Pues bien, en la próxima temporada del Liceu habrá ración doble de Puccini ( Tosca y Madama
Butterfly). Pero también habrá ópera moderna (Leos Janácek) y el estreno mundial de L’enig
madi Lea, con música de Benet Casablancas y libreto de Rafael Argullol: una buena dosis de ópera del siglo XXI, que ya hacía falta.
Creo que no incurriré en el error o vicio propio de los aguafiestas si afirmo que la ópera me parece una forma artística demasiado anclada en el pasado. Coincido en parte con el cineasta Werner Schroeter, director de La muerte de
Maria Malibran –una maravilla olvidada–, cuando en una entrevista que le hice junto con Manuel Huerga para la revista
Star explicaba su sensación ambivalente respecto a la ópera. Schroeter no podía evitar percibir, además de lo sublime, el lado obsoleto y hasta grotesco de ciertas representaciones. Por ejemplo, una Isolda o una Julieta de cien kilos o dos palmos más alta que su Tristán o Romeo. Lo cual antaño a veces sucedía.
Es necesario que la ópera se actualice. Óperas como algunas de Robert Ashley, Gavin Bryars y Bob Wilson que pude disfrutar en París en los años 80, apenas se han difundido en Barcelona. Sin embargo, es barcelonesa la feliz iniciativa de Amics del Liceu consistente en la publicación de un libro con ilustraciones realizadas por un artista distinto cada año, desde 1991. Los escogidos para esta temporada son Brigitte Szenczi y Juan Antonio Mañas. Sus pinturas y sus dioramas originales (ver la imagen roja de Tosca, óleo de Mañas) se pueden contemplar en la sala Parés. Szenczi y Mañas podrían ser unos extraordinarios escenógrafos.