La empresa de la familia Fluxà se diversifica y apuesta por hoteles urbanos P. 12
La cadena Iberostar, propiedad de la familia Fluxà, segmenta su oferta y apuesta también por hoteles urbanos
La empresa facturó 2.428 millones de euros en el 2017, un 20% más que el ejercicio anterior La marca tiene hoteles en Barcelona, Madrid, La Habana, Nueva York, Lisboa, Miami y Budapest
Estaba vacío desde el 2004. Diez años después, un 7 de enero, se hizo público que tenía un nuevo propietario: Pontegadea, el vehículo inversor de Amancio Ortega, fundador de Inditex. Se trata del edificio que ocupa los números 10 y 11 de Plaza de Catalunya y el 1 de Paseo de Gràcia, edificado entre 1941 y 1942 por el arquitecto Eusebi Bona i Puig en el mismo solar donde se levantaba el hotel Colón.
Una de las partes más reconocibles del edificio es un torreón central en el que se fijó, con grandes letras, el nombre de su propietario, el Banco Español de Crédito. Esas cuatro palabras fueron el único recuerdo de la presencia de la entidad hasta mucho después de su integración dentro del Santander y la definitiva desaparición de la marca Banesto.
En esa misma fachada ahora sólo luce una palabra: Iberostar, junto a una pequeña estrella de cinco puntos a su derecha, el logotipo de la empresa de los Fluxà, una familia mallorquina dedicada a la industria del calzado desde 1877 que empezó a diversificar sus intereses en 1956, cuando compra Viajes Iberia. Así entran en el sector del turismo y cinco años más tarde en el hotelero adquiriendo establecimientos en su isla.
La marca Iberostar llegó algo más tarde, a principios de los 80 coincidiendo con la expansión del grupo en Canarias, Baleares, la República Dominicana y México, unos destinos que se han convertido en clásicos del sol y playa. Para llegar a ellos se tenía touroperador propio e incluso se creó hace 20 años una compañía aérea de alcance intercontinental: Iber- world. Luego se siguió creciendo siempre en destinos turísticos y centrando el negocio en la gestión hotelera.
Cuando el nombre de esta compañía apareció en un edificio en pleno corazón de Barcelona se aclaró una duda que se alargó una década: ¿Quién ocuparía todas esas plantas? ¿oficinas? ¿Pisos? Al final ha sido un hotel, aunque también se abrió otra cuestión. ¿Qué hace una marca de hoteles y resorts de playa abriendo un hotel en pleno centro de una ciudad? La respuesta está en un plan de expansión del negocio, saliendo del nicho clásico y apostando por hoteles urbanos, algo que se inició de una manera muy discreta con la apertura de un hotel en Budapest, otro en la ciudad de La Habana y un tercero en Santa Cruz de Tenerife: el legendario Men- cey. Después llegaron dos hoteles más en La Habana; otro en Park Avenue, Nueva York; el de Las Letras, en el corazón de Madrid, uno en Lisboa; el Berkeley en Miami y el último ha sido Barcelona, un cuatro estrellas superior exactamente en el mismo lugar donde abrió el Colón hace 100 años.
El de plaza Catalunya, bautizado como Paseo de Gràcia, es el más reciente, aunque hay más en proyecto en esta empresa que facturó 2.428 millones de euros en el 2017, un 20% más que en el ejercicio anterior. El año pasado también fue de cambios y ascensos: Sabina Fluxà fue nombrada CEO de la empresa y la presidencia sigue estando en manos de Miguel Fluxà Roselló.
Siguiendo la tradición familiar de la empresa, la hermana de la actual CEO es su vicepresidenta y también la responsable de los programas medioambientales y de sostenibilidad del grupo. En los últimos tiempos se ha puesto al timón de un proyecto que ya a lo largo de este año eliminará 200 toneladas de desperdicios plásticos de un solo uso (desaparecen detalles como pajitas, vasos, removedores o los productos de cortesía de los cuartos de baño en favor de otro modelo reutilizable) y que progresivamente significará la desaparición de este material en todos sus establecimientos, algo que se hace en paralelo a un plan de renovación de marca e imagen, pues según las cifras de Iberostar ya se han invertido 500 millones de euros en restauración y modernización del 70% de su planta hotelera y hasta el 2022 se invertirán 300 millones más en este capítulo.