Beneficios en el horizonte
El Fondo Monetario internacional acaba de publicar sus previsiones, según las cuales el crecimiento económico mundial será, este año y el siguiente, del +3,7%. Se trata del mismo crecimiento que el año 2017, del mayor crecimiento desde el 2011 y supera, por supuesto, al crecimiento histórico medio. Este contexto posibilita un fuerte aumento de los beneficios empresariales: en el bienio 2018 y 2019 los beneficios por acción crecen un 39,8% en Europa (Stoxx 600), un 38% en la zona euro (Eurostoxx 50), un 42,9% en Estados Unidos (S&P500), y un 30,5% en el Ibex35. Los empresarios mantienen un elevado grado de confianza tanto en Estados Unidos (22), como en la zona euro (19). Son cifras superiores a su media histórica (9), que no llegan además a alcanzar los niveles que denotarían un exceso de confianza (30). En las 131 reuniones que hemos mantenido este año con empresas cotizadas de todo el mundo detectamos, por una parte, la excelente evolución de las ventas y de los márgenes, y por otra, una creciente preocupación por la subida del precio de las materias primas… fruto a su vez de la fortaleza de la demanda.
¿Por qué en este contexto y en lo que llevamos de año las bolsas europeas han caído, mientras que las norteamericanas han subido? En primer lugar, los inversores norteamericanos son tradicionalmente más racionales que los europeos, y en segundo lugar, que no hayan subido aún no significa que no vayan a hacerlo. Beneficios empresariales y cotizaciones bursátiles no evolucionan en paralelo, más bien tienen convergencias súbitas. La próxima semana se inicia, por fin, la presentación de resultados empresariales del tercer trimestre del año, lo cual debería catalizar las alzas de los próximos meses.