Un 007 de andar por casa
El mini F-1 de carretera de McLaren combina, en su versión más cotidiana, la deportividad más lujosa y la más funcional
Absténganse de encapricharse de este coche los amantes de la discreción, de pasar inadvertidos sin llamar la atención. El McLaren 570GT no permite el anonimato. Es lo que ocurre cuando uno se pasea con un bólido de F-1 por la calle: que todo el mundo se gira, abducido por la estética irresistible y por el rugido ensordecedor que se escapa bajo la carrocería. Los 570 caballos que dan nombre a este GT fabricado en Woking, en la misma fábrica donde nacen los monoplazas que pilotan Fernando Alonso y Stoffel Vandoorne, son la huella racing original que permanece en un modelo que voluntariamente ha bajado un peldaño en la accesibilidad para acercarse a la practicidad más mundana de un utilitario.
Sin perder de vista el lujo y el refinamiento inherente a la marca, McLaren concibe este modelo como su deportivo más funcional y confortable, pensado para desplazamientos largos y de fines de semana. Como un mini bólido pensado para todos los días, la variante más burguesa de la familia 570 que completan el S Spider y el S Coupé. Para conseguir este pretendido pragmatismo, la firma inglesa ha trabajado en el aislamiento acústico para mejorar la calidad de rodadura y silenciar más el habitáculo, ha reducido el sonido del escape, de las vibraciones y de la rodadura (con los neumáticos Pirelli Noise Cancelling System).
Para dotarlo de mayor confort y hacerlo más aprovechable, McLaren ha optimizado la entrada y la salida en la cabina con una posición más baja de las icónicas alas de mariposa (puertas diédricas o de apertura vertical), que se abren hacia arriba con más arco para facilitar la accesibilidad. Dentro, el habitáculo también responde a la exigencia de comodidad: de serie cuenta con una cabina optimizada ergonómicamente, asientos tapizados en piel de alta calidad, ajustes eléctricos memorizables, calefacción, control del aire acondicionado, sen- sores de aparcamiento, un práctico levantamiento del morro (para evitar rozaduras en bordillos y entradas a parkings), y gestión de la información, del entretenimiento y de la navegación en una pantalla táctil central.
Dos ayudas más que convierten este GT en un superdeportivo más práctico son la reducción de la dureza de la suspensión un 10% y la mejora de la precisión en la dirección, además de la suma de dos portamaletas, el frontal de 150 litros (que no cambia respecto al S Coupé) y uno trasero de 220 litros al que se accede con la apertura lateral del cristal. Prestaciones cercanas a la F-1 El resultado es un GT con el comportamiento dinámico de un S, un coche no tan racing como sus hermanos, pero que mantiene las prestaciones soberbias de un deportivo fuera de serie: un motor de 3,8 litros V8 twin-turbo, que rinde 562 caballos a 7.500 rpm, de tracción trasera, que da un empuje brutal, apabullante, que deja sin aliento. Lo administra con un cambio secuencial de 7 velocidades que rescata de cualquier apuro sin interrumpir la transmisión de la fuerza de tracción. Sus poderes son fabulosos: aceleración de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos, de 0 a 200 km/h en 9,8 segundos, y velocidad máxima de 328 km/h. No lo prueben en sus carreteras de casa. De hecho, en el mercado español sólo pueden experimentar ese placer los conductores de las únicas 60 unidades que circulan del 570GT. Un modelo fabricado en Woking, a mano, del que sólo se producen 4.000 unidades al año.