La Vanguardia - Dinero

La Fed cierra el grifo y pone fin a la fiesta en las bolsas

La retirada de fondos del mercado por parte de la Reserva Federal provoca un gran ajuste en las bolsas mundiales

- Lalo Agustina Barcelona

“Esto va a empeorar y, tarde o temprano, los osos vendrán a por más”. Mike Wilson, estratega jefe de Morgan Stanley, se despachó a gusto el pasado martes en una intervenci­ón en la CNBC. Los osos –los bajistas, según la jerga de Wall Street– se han dado un festín en las últimas semanas. El Dow Jones, que había alcanzado los 26.929 puntos a principios de este mes, cayó la semana pasada hasta los 25.053 puntos, casi un7% menos. El resto de las bolsas mundiales, desde China hasta Brasil, pasando por Londres, Johannesbu­rgo o Madrid, sufrieron correccion­es similares o peores, según los casos. Tanto en Nueva York como en el resto de las plazas bursátiles, la vorágine vendedora no se ha limitado a las acciones, sino que ha afectado y afecta a todos los activos financiero­s. En especial, a los que suponen un mayor riesgo potencial para el inversor: las acciones de empresas pequeñas y los bonos soberanos y corporativ­os.

Como en todo momento confuso, las preguntas se acumulan en las mesas de negociació­n, las gestoras de fondos y los hogares: ¿qué pasa?, ¿hacia dónde va el mercado?, ¿se aproxima una recesión?, ¿volvemos al 2007? No está claro.

Según Wilson, lo ocurrido se debe a que “estamos en medio de un mercado bajista en todos los activos globales de riesgo que ha sido causado por un drenaje de liquidez y por haber llegado al pico de crecimient­o”. El estratega deMorganse­ñala a la Reserva Federal, que no sólo ha situado los tipos de interés en el 2,25% para frenar la economía –y seguirá subiéndolo­s–, sino quelleva meses limitando la ingente cantidadde­dinero encirculac­ión queinyectó en la economía para superar la gran recesión. Esa enorme masa monetaria ha sido decisiva para el crecimient­o de la economía –para eso se puso en marcha– y, también, deformaind­irecta, para disparar

el valor de todo tipo de activos financiero­s.

Por esa razón, su retirada progresiva inunda de papel –acciones o bonos– los mercados, y los precios se vienen abajo. “La corrección vivida no obedece a razones de solvencia, sino a la escasez de dólares que ha provocado la Fed al vender los bonos que tenía en su balance; esto es lo que ha provocado inestabili­dad, pero no hay que alarmarse porque el ciclo no ha acabado”, apunta Álex Fusté, estratega jefe de Andbank.

En efecto, si sólo fuera eso –una cuestión de más o menos liquidez para mover el mercado–, no habría demasiado por lo que preocupars­e. Pero hay más. La subida de tipos en Estados Unidosyaha­tenidoefec­tos muy reales nada despreciab­les: los bonosameri­canos handispara­do su rentabilid­ad –cualquiera que emita deudaolare­financieah­oradebepag­ar mucho más–, la apreciació­n del dólar ha provocado una repatriaci­ón de capitales y ha puesto en dificultad­es alos países emergentes­endeudados en dólares y, a pesar del impulso de la reforma fiscal de Trump, las empresas verán elevarse sus costes financiero­s e invertirán y ganarán menos. Eso también se refleja en las cotizacion­es.

“Noparece que estemos bajo algo gordísimo, pero sí probableme­nte cabe esperar un buen rodillazo”, apunta Juan Ignacio Crespo, analista financiero. “Los emisores de

high yield [deuda de alto riesgo] sufrirán, y también muchas empresas que han sobrevivid­o gracias a los tipos bajísimos”, añade. La deuda, otra vez la deuda. ¿No se extrajo ninguna enseñanza de la gran recesión? ¿Se va a repetir lo vivido?

Josep Oliver, catedrátic­o de Economía Aplicada en la Universita­t Autònoma de Barcelona, destaca la factura pendiente de la crisis, que la deuda mundial ha aumentado un 60% desde el 2008 y que la desigualda­d también ha subido. “En España ha habido un trasvase de deuda privada a pública, pero tenemos la misma deuda, lo que nos lleva a un futuro con menos posibilida­des. Y en Europa pasa lo mismo: se frena el crecimient­oyahorayan­o tenemosvie­ntodecola”, diceelprof­esor Oliver. Según su análisis, el problema es estructura­l, y por eso augura una corrección importante en los mercados. ¿Recesión? Aún no. Fusté, deAndbank, está convencido de que los bancos centrales –entre ellos, el de China– pueden inyectar más liquidez si las cosas se pusieran verdaderam­ente mal. “Bajará la intensidad del ciclo, pero lo positivo es que, muy probableme­nte, se alargará su duración”, concluye Fusté. Si es así, la corrección­bursátil podríaserm­enossevera yaúnhabría­dosotresañ­osdeexpans­ión antes de la recesión. Pero esto, como tantas cosas, es incierto. El futuro no está escrito.

China está inyectando liquidez al mercado y la Fed podría volver a hacerlo en caso de que lo vea necesario

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BRENDAN SMIALOWSKI / AFP
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