Los tulipanes de Holanda
1636
Los tulipanes llegaron a Europa procedentes del imperio otomano. En el siglo XVII, Holanda (que era la potencia económica de la época) empezó a sentir una auténtica pasión por estas flores. Estalló entonces la tulipanomanía. Los tulipanes eran un símbolo de prestigio entre los más ricos, las mujeres querían llevarlos en sus vestidos, los botánicos querían cultivarlos. En 1636 algunas variedades de tulipanes valían más que una casa en el centro de Amsterdam. La variedad semper augustus cotizaba el equivalente de 500.000 euros actuales. Un bulbo podía alcanzar 1.000 florines, cuando el sueldo medio era de 150. Como la flor tarda siete años en madurar, los comerciantes se dieron cuenta de que podían vender los bulbos que se obtendrían de la próxima cosecha. El comerciante recibía un pago por sus futuros tulipanes, y el comprador, un derecho a obtener esos bulbos cuando florecieran. Hasta que en primavera, una remesa se quedó sin vender. Los tulipanes pasaron de moda, y fue la ruina.
Se puso en marcha el primer mercado de futuros de la historia con los bulbos