Compañeros de aventuras
Basada en el hecho indiscutible de que para optimizar la rentabilidad de cualquier aparato obre ruedas resulta imprescindible tenerlo en circulación el mayor tiempo posible, la actividad de los vehículos compartidos gana adeptos cada día entre los usuarios urbanos de coches y motos que no quieren ser esclavos de la complejidad que entrañan los aparcamientos en su hostil entorno
no de circulación. e o que triunfe una alternativa de movilidad urbana tan cargada de sentido común como ésta no significa, ni mucho menos, que nos encontremos en la actualidad al borde del abismo de la desaparición de los automóviles entendidos como medios de transporte particular y de propiedad privada. Yes que no se ha inventado nada mejor que disponer de tu propio compañero de aventuras sobre ruedas para gozar del sentimiento de libertad permanente que proporciona tenerlo siempre a tu disposición.
En el trasiego diario vale la pena conocer todos los rincones y secretos de tu vehículo para guardar ordenadamente los objetos de uso frecuente y tenerlos siempre a mano. Pero es al viajar, tanto en desplazamientos cortos de fin de semana como en vacaciones de largo alcance, cuando adquiere mayor relevancia la cuestión de ponerse al volante de tu propio coche. Completar el rompecabezas del equipaje es más fácil si se conocen las posibilidades del maletero propio. Además, conducir un socio motorizado que nos proporciona sensación de seguridad no tiene precio.