La hora de los valientes o de que el dinero descanse...
La volatilidad de principios del 2018 derivó en un río de pérdidas en el año y ahora toca definir qué hacer este año
Un 2018 para echarse a temblar. O a llorar. Todas las categorías de fondos de inversión que se comercializan en España y que están incluidas en las estadísticas de Inverco, la asociación del sector, ofrecieron rentabilidades negativas el año pasado. Da igual que estuvieran invertidos en acciones españolas, europeas, de países emergentes o globales. Que fueran de renta fija, fondos garantizados, de gestión pasiva o de retorno absoluto. No importa. Unos más –bastante más– y otros menos, todos perdieron dinero. En conjunto, un 4,8%, y eso sin contar con la inflación. Ahorrar es un ruina. Invertir, más.
Hay un dato que ha pasado desapercibido para muchos, aunque es contundente: se trata del peor comportamiento de los fondos desde el fatídico 2008, el de la caída de Lehman Brothers y el apocalipsis financiero que estuvo en el principio de la Gran Recesión. En aquel año, con la crisis planetaria de liquidez y el hundimiento de la economía, todo se vino abajo. Pero estaba relativamente justificado.
¿Y ahora? “El 2018 ha sido un año pésimo en todos los merca- dos sin muchos motivos de entidad más allá de la corrección en algunas valoraciones y en ciertas burbujas”, explica José Luis Manrique, director de Estudios de Inverco. Adiferencia del 2008, la economía mundial creció un fantástico 4%, los resultados empresariales siguieron en general una buena evolución y no hubo eventos de crédito –impagos o quiebras– masivos ni en el terreno corporativo ni en el soberano, de los estados. Entonces, ¿por qué cayó todo? Los expertos mencionan un conjunto de hipótesis complementarias, las más de las veces; incompatibles, en otras ocasiones.