Los polígonos se suman a la economía circular
La colaboración entre empresas redunda en un uso más eficiente de los recursos y en menos residuos
El pasado mes de marzo se puso en marcha en el polígono industrial Can Jardí de Rubí un proyecto piloto de gestión de las instalaciones bajo las premisas de lo que se conoce como economía circular, que es aquella que busca minimizar la extracción de recursos así como la generación de residuos, convirtiendo estos últimos en nuevos recursos. El proyecto parte de la idea de que “la gestión compartida de los diferentes recursos del polígono permitirá optimizar costes, reducir las emisiones de CO , crear ocupación y nuevos perfiles profesionales y mejorará la competitividad de todas las emprendidas participantes”, explica Albert Puig, técnico responsable de esta iniciativa, que es impulsada por el Ayuntamiento de Rubí, propietario de la infraestructura.
Las 17 empresas participantes contarán con la ayuda de un equipo gestor del polígono formado por especialistas en materia de energía, agua, residuos y movilidad que, tras compilar y analizar los datos relativos al uso de los diferentes recursos, hará una serie de propuestas de mejora. Entre las posibles acciones destacan una gestión de residuos compartida, impulsar la compra agregada de energía y la optimización de los parámetros contractuales, establecer simbiosis entre empresas (residuo-recurso), valorización de residuos estratégicos comunes y/o introducir un autobús de polígono compartido.
Algunas de estas medidas ya se llevan a cabo en otros polígonos industriales, como es el caso del polígono Bufaelvent, en Manresa, considerado por los expertos consultados como un ejemplo a seguir. “La Associació d’Empresaris de Bufalvent cuenta con un servicio de simbiosis industrial que tiene como objetivo estimular la colaboración entre empresas para crear sinergias con los recursos sobrantes”, explica Carles Rodríguez, gerente de la Unió de Polígons Industrials de Catalunya (UPIC). Rodríguez cita también el caso del proyecto “’Granollers entra en simbiosi’, que busca dar a conocer los residuos y productos sobrantes de los procesos industriales para que otras empresas los puedan utilizar”.
A pesar de estas iniciativas y de las “muchas promociones que se han llevado a cabo para dar a conocer la simbiosis y sus ventajas”, el gerente de la UPIC se lamenta “de lo complicado que es llevarlo a la práctica”. No hay que olvidar que los polígonos no dejan de ser un todo formado por muchas empresas. El presidente de Cecot-Rubí, Manel Jiménez, los compara con las comunidades de vecinos, pero en lugar de vecinos son empresas las que “deben ponerse de acuerdo para tratar comunitariamente una serie de servicios con el objetivo de ser más eficientes y ahorrar costes”.
Uno de los factores más determinantes a la hora de implantar medidas encaminadas hacia la economía circular es la antigüedad del parque de polígonos industriales y la falta de mantenimiento, según las fuentes consultadas. De los 1.436 polígonos de actividad económica existentes en Catalunya a día de hoy, el 67% son anteriores al año 2000 y el 43%, al 1990. La mayoría son de titularidad municipal.
17 empresas de Can Jardí, en Rubí, participan en una propuesta de polígono circular