El todo en uno de los centros educativos
Classlife Education aglutina en una plataforma el campus virtual, la secretaría académica y la gestión de ventas y financiera La vida laboral de Mario Espósito siempre ha girado en torno a la tecnología y la educación, hasta que decidió fusionar estos dos campos para dar a luz a Classlife Education, una plataforma que aglutina en un mismo espacio el campus virtual, la secretaría académica y la gestión de ventas y financiera. “Nuestro objetivo es simplificar el día a día de los centros para que se dediquen a lo importante: la educación”, señala Espósito. También ha contribuido a democratizar el acceso a los campus virtuales, “una herramienta que hasta ahora sólo era accesible para centros educativos con gran presupuesto”.
En un inicio, la plataforma estaba orientada a centros de formación profesional, pero Classlife han ido ampliando funcionalidades para adaptarse a las dinámicas de trabajo de las escuelas universitarias y de las escuelas de negocios. Ahora planea hacerse un hueco en educación primaria, secundaria,
ESO y bachillerato.
“Más de 40.000 alumnos, de 35 centros, que generan más de un millón de interacciones mensuales, utilizan la plataforma”, explica el fundador. El objetivo es llegar al millón de alumnos en el 2021. Classlife, cuya sede está en Barcelona, opera principalmente en España, pero ya cuenta con clientes en Francia, Luxemburgo, Panamá y Guatemala, país de donde es originario Espósito. Con el objetivo de llegar a más regiones, la empresa planea lanzar una ronda de financiación de entre hasta 500.000 euros a finales de este año.
Classlife nació en el 2014 como resultado del proyecto de final de máster que Espósito cursó en la escuela de negocios Esade. El emprendedor invirtió 30.000 euros de sus ahorros y pidió un préstamo al Institut Català de Finances de 40.000 euros. En verano pasado, ya en pleno crecimiento del negocio, llevó a cabo una ronda de financiación de 100.000 euros entre lo que se conoce como las tres efes ( friends, family and fools). En el 2018, la empresa facturó 150.000 euros, una cifra que este año espera superar con creces puesto que en el primer trimestre ya se alcanzaron los 90.000 euros. Trabajan en ella diez personas.