Subastar el mundo
El mundo ha cambiado y el curso de la historia no es el previsto. Granparte del progreso económico producido antes de la depresión resultó haber beneficiado sólo a los más ricos. Y hay incluso dudas de que algunos países en desarrollo consigan ser alguna vez desarrollados. Pese a estos cambios, denuncian Eric Posner y Glen Weyl en Mercados radicales, las reformas que se proponen son las mismas desde hacemediosiglo. Laizquierdapidesubidasdeimpuestos yredistribución. Laderecharefuerzodelosmercados y privatización. Fórmulas, aseguran, obsoletas. Ellos piden unrediseño radical. Quepasapor los mercados, peronoporlosidealizadosdehacedossiglos: los mercados más importantes hoy, sentencian, o bien están monopolizados o ni siquiera existen. Se deben reestructurar de raíz para crear mercados competitivos que reduzcan la desigualdad.
Unos mercados radicales cuya quintaesencia, explican... es una subasta. En ellas la gente puja en competencia con todos los demás. Y más allá de las de arte o pescado, son ya habituales en internet. De hecho, William Spencer Vickrey ganó el Nobel de Economíaen1996porsusestudiossobreelpoderde las subastas para resolver problemas sociales de calado y contribuyó a fundar el nuevocampodelaeconomía llamado diseño de mecanismos. Sus ideas estántras las subastasqueutilizangobiernosdetodoel mundo para vender su espectro electromagnético. Y Facebook y Google emplean un sistema derivado de Vickrey para subastar la publicidad de sus páginas. Sus observaciones sobre urbanismo y la aplicación de una tasa de congestión están modificando las ciudades. Y se reflejan en las políticas de precios de apps como Uber. Vickrey murió de un ataque al corazónalostres días derecibir el Nobel, peroahora gracias a la tecnología, sus propuestas, dicen los autores, pueden incluso superarse. Expandiendo los mercados de manera radical, a veces de un modo que suena casi imposible, como con un impuesto que cambiaría la misma idea de propiedad –que ven como monopolio– por la de uso. Más fácil parece prohibir a las grandes firmas inversoras poseer acciones en más de una empresa de cada industria para evitar colusión de precios. Para las elecciones, apuestanporpodervotarnosóloafavorsinoencontra de un candidato para afinar las preferencias.