Un obstáculo que no debemos obviar
El camino que están dibujando las principales bolsas mundiales parece imparable. Las ganancias han continuado, en este caso, apoyadas por unos beneficios empresariales menos negativos de lo temido, y más importante aún, las rebajas de previsiones de cara al resto del año están siendo modestas por parte de los equipos directivos.
Se acerca el ecuador de la temporada de publicación de resultados empresariales en Estados Unidos y es relevante repasar las grandes líneas. Con los datos del 44% de las empresas pertenecientes al S&P500, los beneficios están creciendo un 4,3% frente a las expectativas previas que anticipaban una caída del -1,8%. También las ventas son alentadoras con un crecimiento del 4,8%. Con ello, el ratio de sorpresas positivas en la publicación de beneficios asciende al 76%, liderado por el sector de tecnología y consumo discrecional.
Los mercados bursátiles se han sobrepuesto a los obstáculos y están ahora descontando un escenario global más benigno. La narrativa predominante entre los inversores es que nos moveremos en los próximos meses en un escenario de desaceleración económica e inflación moderada, lo que permitirá que los bancos centrales mantengan sus estímulos monetarios. La confluencia de estas tres tendencias impulsa la rebaja de las primas de riesgo exigidas y con ello las revalorizaciones de las bolsas continúan.
En el momento actual, del ya avanzado ciclo económico y sobre todo bursátil, muchos nos cuestionamos: ¿queda recorrido o simplemente hemos ido demasiado rápido? ¿Estaremos obviando algún riesgo? ¿Qué puede cambiar este benigno escenario?
Una de las variables más relevantes para la definición del escenario macroeconómico son los precios energéticos. Justo en este punto, también estamos atravesando un cambio importante que se ha agudizado en las últimas jornadas. El Gobierno estadounidense anunció el fin de las exenciones para la compra de petróleo iraní, a la vez que tomará acciones “coordinadas” con Arabia Saudí para mantener el “suministro global”. De esta forma, a partir de mayo, eliminará las exenciones para ocho países, entre los que se encuentran algunos de los mayores compradores de crudo como China, India o Japón.
El precio del crudo aceleró así su subida, con la cotización del barril de Brent acercándose ya a los 75 dólares, lo que sitúa en un 40% el aumento de la cotización desde finales del año pasado. Esta rápida subida del precio del crudo se transmitirá en los próximos meses a los costes energéticos.
Sin embargo, los mercados parecen obviar esta variable y las expectativas de inflación continúan descendiendo y, en el caso de la zona euro, han alcanzado su nivel más bajo desde el 2016. Señal clara que confirma la actual convicción de los mercados en que esta escalada del precio del crudo es solo una piedra más en el camino, que podrá ser sorteada sin dificultad.
En los mercados financieros es fundamental evitar excesos de optimismo y por ello tras las importantes revalorizaciones acumuladas que sitúan ya las valoraciones de las bolsas mundiales por encima de su promedio histórico, se recomienda una mayor cautela. Un repunte acelerado de la inflación, no es nuestro escenario central, pero sí es un riesgo que no debemos obviar.