EXPOSICIÓN 60 AÑOS DE ARTE VASCO
Catorce obras de doce artistas sirven a Michel Mejuto para hilvanar en esta sintética muestra un itinerario por la modernidad del arte del País Vasco entre 1915 y 1975, con esculturas de Vicente Larrea y Jorge Oteiza entre lo más significativo, especialmente la pieza que ilustra este artículo, un volumen rotundo en el que los huecos dan corporeidad al aire que llegó a determinar su expresión.
La Naturaleza muerta (19121913) de Juan de Echevarría, construida con formas apenas insinuadas, está tratada con notable sensibilidad y ternura con la intención de plasmar la entraña bodegonista; un florero de Fernando de Amárica y dos jardines pintados en Málaga por Francisco Iturrino entre 1913 y 1919, donde la luz define los vergeles con justeza, completan esta panoplia de cantos a la idealizada naturaleza.
Zuloaga está representado por un cuadro de 1933 titulado
Estudiante de París en el que destaca el rigor compositivo del rostro femenino, una tela surrealista de pequeño formato de Lekuona, una vista cubista de Mutriku de Jenaro Urrutia y una pintura de amplias dimensiones de Ruiz Balerdi,
Formas rojas, azules y verdes (1971), que recuerda su trabajo de muralista y su vinculación con el gestualismo libérrimo al que dedicó lo más granado de su creación hasta su muerte en tierras alicantinas en 1992.