EXPOSICIÓN LAS FORMAS DE LA VIDA
La muestra organizada la pasada primavera en París en las galerías Le Minotaure y Alain Le Gaillard ha sido la inspiración para la exposición de la galería Guillermode Osma. 60 obras entre óleos, dibujos, fotografías y esculturas son el argumentario de la misma. La profesora Guitemie Maldonado de la Universidad de París concibió esta exhibición con fundamental presencia internacional, incorporándose a la muestra madrileña la aportación española con nombres tan rutilantes como Picasso y otros cubistas, surrealistas como Miró y Remedios Varo, constructivistas como Torres-García, Luis Castellanos o Luis Fernández, aunque la vinculación a nuestras raíces la hallamos en representantes significativos de la Escuela de Vallecas y algunos momentos de El Paso, sin olvidar autores independientes como Gabriel Celaya, Moreno Villa, Ángel Ferrant o Togores, que consiguieron una lectura vanguardista que trataba de despegar con enormes dificultades en los instantes iniciales del sofocante régimen franquista.
El biomorfismo implicó, en determinados momentos de sus trayectorias, a todos los artistas y movimientos que se desarrollaron en el campo de las vanguardias entre 1920 y 1950, incluyendo en su nómina a creadores tan dispares como Jean Arp, Man Ray, Picasso, Fernand Léger y Óscar Domínguez, entre otros. El término biomorfo apareció por primera vez en 1895 en los escritos de Alfred Cort Haddon, fundador de la Escuela de Antropología de Cambridge, y estas formas que inundan la muestra de la sala madrileña nos relacionan con elementos de nuestras biografías.
Curvas suaves que proyectan una impresión de movimiento. Formas aparentemente figurativas que, sin embargo, concitan aspiraciones inconcretas, prácticamente abstractas. Se trata de elementos orgánicos que pueden encontrarse en cualquier objeto cotidiano, referencias de la materia viva que halla el ser humano donde descansa su mirada.