Motoristas en peligro
Llevamos demasiado tiempo quejándonos de una tremenda lacra que afecta a buena parte de la red nacional de carreteras. Llevamos demasiadas muertes acumuladas por la falta de reacción de los dirigentes políticos de nuestro país, que cuentan con la potestad de destinar el dinero de todos a cosas que nos afectan a la mayoría. Llevamos demasiados kilómetros recorridos cotidianamente al manillar de nuestras motos con la amenaza constante que representan los guardarraíles sin protección.
Cualquier aficionado al universo de las motocicletas con cierta experiencia conoce perfectamente las graves consecuencias que suelen acarrear las caídas cuando suceden en una carretera equipada con esta perversa tipología de guardarraíl. Fracturas de todo tipo en los casos con suerte, amputaciones al momento, graves lesiones internas y, en las peores ocasiones, la muerte de los motoristas implicados. Lo malo del caso es que conocemos la causa, pero no se hace lo suficiente para que desaparezca de una vez por todas.
Por mucho que las estadísticas correspondientes a las víctimas de tráfico se empeñen en catalogar las muertes ocasionadas por tan funestos guardarraíles como accidentes, sería más correcto considerarlas como homicidios, puesto que tras ellas existen cargos que podrían haberlas evitado y no han puesto todos los medios a su alcance para erradicarlas. Si en política se trata de obtener votos, les garantizo que la mayoría de motoristas serán fieles al gobernante que acabe con estas barreras letales.