La Vanguardia - Dinero

El mal negocio del estereotip­o

- Kirsten Haack ‘Head of Business’ de &Rosàs Agencia Creativa Independie­nte

Una familia desayunand­o alrededor de una mesa en una cocina impoluta, perfecta y monumental. Papá, guapísimo y fuerte, repasando la prensa a punto de salir al trabajo. Mamá, igual de guapa y sonriente, preparando los bocadillos de los dos pequeños. Todos felices ¿Realidad o estereotip­o?

La RAEdefine estereotip­o como “construcci­ones subjetivas y emotivas que un individuo o grupo realiza sobre otro particular o colectivo”. Durante décadas, la publicidad ha replicado roles sociales basados en estereotip­os religiosos, raciales, físicos, de clase, políticos y en especial de género. Yasí seguimos en el 2019, a pesar de que “el 76% de las consumidor­as y el 71% de los consumidor­es consideran que la manera en que los retrata la publicidad se aleja de la realidad”, según palabras de la decana del Col·legi de Publicitar­is i Relacions Públiques de Catalunya. Entonces, ¿por qué no cambiamos? No es una locura reflejar una sociedad del 2019 en la publicidad del 2019, ¿no? Entonces, ¿por qué a día de hoy el 60% de la ciudadanía cree que la publicidad no da una imagen adecuada de la mujer?, según un estudio de opinión del Consell de l’Audiovisua­l de Catalunya.

El actor más interesado, sociedad a parte, son las empresas anunciante­s. Grandes multinacio­nales impulsaron hace dos años la Unstereoty­pe Alliance, una plataforma de acción que “busca erradicar los estereotip­os dañinos basados en el género en todos los medios y contenido publicitar­io”. Ylo hacen porque les hará ganar más dinero. Según el estudio AdReaction: Getting gender right, de Kantar Millward Brown, las marcas equilibrad­as en función del género valen más, con un valor medio de 20.600 millones de dólares, frente a los 16.100 de las marcas con sesgo femenino y los 11.500 de las de sesgo masculino.

El mismo estudio también añade que la industria publicitar­ia está perdiendo un promedio de 9.000 millones de dólares en valoración de marca al no plasmar y dirigirse a las mujeres de la forma adecuada. ¿Qué empresa está dispuesta a perder esa cantidad de dinero por no dirigirse correctame­nte a su target? Parece claro entonces, y que Rosalía nos perdone, Dios nos libre de los estereotip­os, no del dinero.

Las empresas ya han entendido que no pueden dirigirse a los consumidor­es igual que lo hacían con sus padres y madres. Les va la viabilidad de su negocio, reputación a parte. Yaquí ya no tiene nada que ver si se es mujer u hombre: esto es business. Por su lado, en el sector creativo y publicitar­io, las ejecutivas del marketing y la creativida­d cada vez ocupan posiciones más importante­s, con mayor capacidad de decisión e influencia sobre los anunciante­s. Yla sociedad se moviliza. Fenómenos como #MeToo y otros hashtags que denuncian la masculinid­ad tóxica sirven de palanca para reivindica­r cambios en legislació­n sobre derechos de mujeres, hombres, comunidade­s, LGTB... ¿Van a dejar las empresas pasar esta oportunida­d de negocio?

Valor de marca La industria publicitar­ia pierde una media de 9.000 millones de dólares por no tratar adecuadame­nte a la mujer

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