Riesgos a la vista
Joaquim Elcacho
La Unión Europea consolidó en el 2018 su posición como el mayor exportador mundial de productos agroalimentarios –por delante de Estados Unidos–, con exportaciones que alcanzaron los 138.000 millones de euros, según los datos anuales publicados el mes de septiembre por la Comisión Europea.
De forma paralela, la UE es el segundomayorimportadordeproductos del sector agropecuario y de alimentación, con un total de compras ligeramente por encima de los 116.000 millones de euros. Así, el 2018labalanzacomercialdelaUEen este sector presentó un saldo neto positivode22.000millonesdeeuros.
El balance del 2018 indica que los cinco destinos principales de los productos agroalimentarios de la UE siguen siendo Estados Unidos, China, Suiza, Japón y Rusia, que suman el 40% de las exportaciones europeas.
Los vinos y similares forman el grupo de productos de la UE con mayor peso en exportación, seguidos de los licores, alimentos para lactantes, preparados alimentarios, chocolate, pasta y pastelería.
Los productos agrícolas representan en el balance del 2018 el 7% del valor de los bienes exportados desde la UE; y ocupan el cuarto lugar en importancia respecto al total exportador tras la maquinaria, otros manufacturados y los productos químicos.
“La agricultura y las industrias y servicios relacionados con los alimentos crean en conjunto casi 44 millones de puestos de trabajo en la UE, de forma que la cadena de producción y transformación alimentaria representa el 7,5% del empleo yel3,7% del valor añadidototalenla UE”, destaca el informe presentado por Phil Hogan, comisario europeo de Agricultura y Desarrollo Rural.
Hogan ha destacado que “la política agrícola común(PAC) está cada vez más orientada al mercado y ha contribuido de manera decisiva al éxito de la UE en el comercio agrícola”. “La reputación de la UE por unos productos seguros, nutritivos, producidos de forma sostenible y de calidad es una fórmula ganadora en el mercado mundial”, ha asegurado el comisario de Agricultura y Desarrollo Rural.
La tendencia en las exportaciones del sector agroalimentario también es positivo si se analizan datos exclusivamente de España. En el primer semestre de este año, por ejemplo, España exportó productos agroalimentarios por valor de 28.684,9 millones de euros (un Millones, de balance positivo
La UE exportó en el 2018 productos agroalimentarios por valor de 138.000 millones de euros mientras que importó por valor de 116.000 millones; dejando un balance positivo de 22.000 millones 4,4% másrespecto al mismosemestre del año anterior), frente a unas importaciones de 20.145,5 millones (-1,2 %).
El grupo de frutas, hortalizas y legumbres (con 11.520,5 millones, +5,5%) fue el que generó más valor por exportaciones, seguidos del sector de los productos cárnicos (4.512 millones de euros, +11,1 %), alentado en parte por la crisis de la peste porcina africana que afecta a países como China.
Volviendo al balance global de la Unión Europea, el apartado de importación de productos agroalimentarios se mantiene bastante estable en los últimos años, y se centra en tres grandes grupos.
Por una parte se importan grandescantidadesdeproductosdedifícil cultivo o producción dentro de las fronteras de la Unión Europea, como el café y buena parte de las frutas tropicales; un grupo que representó el 23,4% de las importaciones en el 2018, según el balance de la Comisión Europea.
En un segundo grupo se encuentran los productos destinados a la alimentación animal, como la soja y los compuestosoleaginosos, querepresentaron el año pasado el 10,8% del total de importaciones del sector. Untercer grupo de grandes importaciones incluye a productos utilizados como ingredientes en procesos de transformación, como es el aceite de palma.
El informe de la Comisión Europea destaca que durante el año pasado se registró un aumento del 10% del volumen de productos procedentes de Estados Unidos, convirtiendo a este país en el principal proveedor de productos agroalimentarios de la Unión Europea. El informe de la UE destaca los avances conseguidos en el 2018 en negociaciones comerciales bilaterales y, pese la “evaluación general positiva del clima del comercio agroalimentario”, reconoce que “siguen en pie importantes riesgos futuros”. Entre las amenazas más graves se encuentran las “políticas más proteccionistas en algunas importantes economías” y las perturbaciones asociadas al posible Brexit.