Viento a favor de la hiperconvergencia
Nutanix cambia las reglas y tras separar el software del hardware, ahora lo vende por suscripción
Para que no se produzcan equívocos: la palabra hiperconvergencia es del todo ajena al léxico político. Describe una tecnología –inspirada en el principio de la virtualización, pero esta es otra historia– que hace posible combinar en un solo equipo físico las tres funciones clásicas de computación, almacenamiento y networking. Los informes de consultoras sobre la tendencia del gasto en TI confirman que este es uncampoprioritarioenla inversión empresarial, por las ventajas que supone reemplazar con una plataforma única (hardware y software) unas infraestructuras que históricamente se habían vendido por separado.
Es un cambio trascendental para un segmento que crece más que el mercado genérico. Los mismos informes de mercado apuntan que en la carrera destacan en cabeza Dell (gracias a su control sobre VMware) y Nutanix, seguidas por HPE, Cisco y NetApp. En este quinteto, Nutanix ocupa una plaza por derecho propio al haber sido la primera que apostó en el 2009 exclusivamente por esta categoría hasta salir a bolsa siete años después.
Pero en el 2017, Dheeraj Pandey, su fundador y presidente, le imprimió un viraje estratégico. Pasó de vender su hardware bajo marca propia y con el software preinstalado a ofrecer el software mediante acuerdos con los fabricantes clásicos de hardware. A este vuelco siguió un enfoque pragmático sobre la migración de sus clientes al modo cloud. Lógicamente, esta transición tuvo un coste que los inversores estuvieron dispuestos a sostener.
Ahora, el viento sopla a favor. El mensaje que transmite Pandey a la audiencia de su conferencia europea de este mes abunda en una noción que a priori suena contradictoria: “infraestructura invisible”. Ha deentendersecomoqueelsoftware minimiza la complejidad de los movimientos de cargas de trabajo entre los distintos modos: el centro de datos convencional en un extremo, el trasiego multicloud en el opuesto.
Pandey lo explicó así en su charla con Dinero: “Nuestros clientes tienen la opción de comprar licencias para implantarlas en su propio datacenter ydeportarlas asunubeprivada o a una nube pública sin estar condicionados por el hardware”.
Nutanix siempre ha sido de inicio una empresa de software, pero la decisión de abandonar su presencia en el hardware culmina con la adopción del modelo de ingresos recurrentes por suscripción. Es corriente en el sector, lo que no significa que su digestión financiera sea plácida. En el caso de Nutanix, a sus años no es rentable, pero en el 2019 ha visto crecer un 57% sus ingresos recurrentes, a la vez que el margen bruto (por definición más alto en el software que en el hardware) ha subido diez puntos porcentuales. Buenas vibraciones para la bolsa.
El segundo acto en la vida de la compañía tiene consecuencias para el mercado. En su conversión al software ha colisionado frontalmente con VMware y, por consiguiente, Dell ha reducido a cero las nuevas ventas de su producto (sin divorciarse, empero, porquelasune una base instalada conjunta). He aquí el antecedente directo de una alianza sorprendente con Hewlett Packard Enterprise (HPE), eterno adversario de Dell. ¿Por qué sorprendente? Porque desde el 2017 HPE es propietaria de Simplivity, rival de Nutanix desde la cuna. Lo que permite que ahora tenga dos cartas –ambas se ofrecen mediante pago por uso en su fórmula HPE Greenlake– para jugar la discreta partida de la hiperconvergencia.
“Nuestros clientes pueden comprar licencias sin que les condicione el hardware”