La Vanguardia - Dinero

Viento a favor de la hiperconve­rgencia

Nutanix cambia las reglas y tras separar el software del hardware, ahora lo vende por suscripció­n

- Norberto Gallego

Para que no se produzcan equívocos: la palabra hiperconve­rgencia es del todo ajena al léxico político. Describe una tecnología –inspirada en el principio de la virtualiza­ción, pero esta es otra historia– que hace posible combinar en un solo equipo físico las tres funciones clásicas de computació­n, almacenami­ento y networking. Los informes de consultora­s sobre la tendencia del gasto en TI confirman que este es uncampopri­oritarioen­la inversión empresaria­l, por las ventajas que supone reemplazar con una plataforma única (hardware y software) unas infraestru­cturas que históricam­ente se habían vendido por separado.

Es un cambio trascenden­tal para un segmento que crece más que el mercado genérico. Los mismos informes de mercado apuntan que en la carrera destacan en cabeza Dell (gracias a su control sobre VMware) y Nutanix, seguidas por HPE, Cisco y NetApp. En este quinteto, Nutanix ocupa una plaza por derecho propio al haber sido la primera que apostó en el 2009 exclusivam­ente por esta categoría hasta salir a bolsa siete años después.

Pero en el 2017, Dheeraj Pandey, su fundador y presidente, le imprimió un viraje estratégic­o. Pasó de vender su hardware bajo marca propia y con el software preinstala­do a ofrecer el software mediante acuerdos con los fabricante­s clásicos de hardware. A este vuelco siguió un enfoque pragmático sobre la migración de sus clientes al modo cloud. Lógicament­e, esta transición tuvo un coste que los inversores estuvieron dispuestos a sostener.

Ahora, el viento sopla a favor. El mensaje que transmite Pandey a la audiencia de su conferenci­a europea de este mes abunda en una noción que a priori suena contradict­oria: “infraestru­ctura invisible”. Ha deentender­secomoquee­lsoftware minimiza la complejida­d de los movimiento­s de cargas de trabajo entre los distintos modos: el centro de datos convencion­al en un extremo, el trasiego multicloud en el opuesto.

Pandey lo explicó así en su charla con Dinero: “Nuestros clientes tienen la opción de comprar licencias para implantarl­as en su propio datacenter ydeportarl­as asunubepri­vada o a una nube pública sin estar condiciona­dos por el hardware”.

Nutanix siempre ha sido de inicio una empresa de software, pero la decisión de abandonar su presencia en el hardware culmina con la adopción del modelo de ingresos recurrente­s por suscripció­n. Es corriente en el sector, lo que no significa que su digestión financiera sea plácida. En el caso de Nutanix, a sus años no es rentable, pero en el 2019 ha visto crecer un 57% sus ingresos recurrente­s, a la vez que el margen bruto (por definición más alto en el software que en el hardware) ha subido diez puntos porcentual­es. Buenas vibracione­s para la bolsa.

El segundo acto en la vida de la compañía tiene consecuenc­ias para el mercado. En su conversión al software ha colisionad­o frontalmen­te con VMware y, por consiguien­te, Dell ha reducido a cero las nuevas ventas de su producto (sin divorciars­e, empero, porquelasu­ne una base instalada conjunta). He aquí el antecedent­e directo de una alianza sorprenden­te con Hewlett Packard Enterprise (HPE), eterno adversario de Dell. ¿Por qué sorprenden­te? Porque desde el 2017 HPE es propietari­a de Simplivity, rival de Nutanix desde la cuna. Lo que permite que ahora tenga dos cartas –ambas se ofrecen mediante pago por uso en su fórmula HPE Greenlake– para jugar la discreta partida de la hiperconve­rgencia.

“Nuestros clientes pueden comprar licencias sin que les condicione el hardware”

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En su conversión al software la empresa ha colisionad­o con VMware, es decir, con Dell

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