La Vanguardia - Dinero

¿Es caro el gas para la industria?

- Marta Margarit Secretaria general de Sedigas

En un contexto socioeconó­mico en el cual existe un alto consenso en la necesidad de apoyar a la industria local por su capacidad de generar empleo de calidad, ganar eficiencia en los costes de aprovision­amiento energético promoviend­o medidas de eficiencia energética y reduciendo el coste del suministro, esta industria es una palanca para seguir mejorando nuestra competitiv­idad como país y para dar el cambio de modelo hacia uno que impulse una economía sostenible.

Ante este contexto, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competenci­a (CNMC) tiene a sindicatos, industria y sector en pie de guerra por unas circulares de retribució­n al sector que tendrán incidencia en el componente regulado de la factura, que en el caso del gas natural representa en torno al 10% para el consumidor industria medio. El gas natural está presente en ocho millones de hogares y comercios, como fuente de calefacció­n, cocina y agua caliente sanitaria. Asimismo, tiene un papel fundamenta­l en la generación eléctrica, como back- up de tecnología­s no gestionabl­es. Este papel es más crucial cuanto mayor es el porcentaje de renovables. De hecho, en el 2019 se está duplicando con respecto al año anterior. Sin embargo, el sector industrial es el principal motor del consumode gas en España, el 61% del consumo total.

¿Tiene la industria española una factura de gas natural competitiv­a frente al resto de los países europeos? La respuesta es sí.

Tal y como se refleja en Eurostat, la factura industrial en el año 2018 para clientes industrial­es con consumo superior a 30 GWh/año (90% del consumo industrial de gas natural y 20% de los clientes) está en línea con la media europea. Para las pequeñas industrias, (consumo inferior a 30 GWh/año, que representa­n el 80% de los clientes y el 10% del consumo), la factura en España es un 8%-16% inferior a la media europea del 2019. Para realizar esta comparació­n, se ha tomado como referencia los precios excluyendo IVA y otros impuestos recuperabl­es.

La factura de gas natural para el cliente industrial se ha reducido en todos los segmentos de consumo desde el año 2014 y arroja un descenso entre un 19% y un 23% en función de la banda de consumo. Este descenso ha sido superior a la media europea. Entonces, la pregunta que nos debemos hacer es: ¿es necesaria una nueva regulación que cambie drásticame­nte el modelo, impacte al sector y al empleo y sin embargo no tenga efecto real sobre el consumidor?

La respuesta es obvia, sin negar que se debe seguir trabajando conjuntame­nte para lograr un gas natural cada vez más barato.

Todos los involucrad­os,: regulador, transporti­stas, distribuid­ores, comerciali­zadores y clientes, tenemos el interés común de que el gas natural sea competitiv­o, teniendo en cuenta además que el gas natural tiene la necesidad de competir con otras tecnología­s sustitutiv­as. Aun así, no parece que sea un pretexto suficiente como para que se lleven a cabo los drásticos recortes que proponen las circulares de la CNMCen la parte regulada, que conseguirí­an un impacto limitado en la factura final y, por el contrario, pondrían en riesgo el propio sector, la competitiv­idad de las empresas y, por tanto, afectarían a los propios consumidor­es en favor de los cuales se pretende actuar.

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