Marca personal, apuesta ganadora
Yahace años que se habla de marca personal, un concepto que va al alza, especialmente en el contexto laboral de incertidumbreal que nos veremos cada vez másabocados. El término invita a pensar a futuro, a buscarnos la vida para mostrar nuestro valor diferencial e intentar asegurar la empleabilidad, en una trayectoria laboral que pinta muylarga. Dehecho, han surgido unbuennúmerodeconsultores especializados que ayudan a las personas a trabajar su marca personal con gran acierto. Si antes el currículum era nuestra única carta de presentación, ahora la marca nos precede y nos envuelve.
Dicho esto, considero que tener una marca personal potente y bien desarrollada es beneficioso. Sin embargo, en algunos casos, en lugar de sumar, puede restar.
Es unclásico que cuando se incorpora unnuevo trabajador, además del contrato, la empresa le haga leer y firmar unmontóndepapeles tales comoacuerdo de confidencialidad, uso de medios informáticos, código de conducta... Sin embargo, meextraña que aún haya pocas empresas que guíen a sus trabajadores sobre qué se espera de ellos en cuanto al desarrollo de su marca personal en el seno de la compañía.
Dehecho, pienso que las empresas pierden una gran oportunidad cuando nocapitalizan la marca individual de unempleado, siempre que esta sea coherente con la estrategia empresarial. Hayque tener en cuenta que, en el contexto que vivimos, una opinión de unempleado con una potente marca personal puede generar mayor credibilidad que otras acciones de marketing máscostosas usadas para potenciar una marca o producto.
Yheaquí la gran contradicción. Cómoempresas que han contratado empleados siendo conocedoras de su marca personal, habiéndola valorado comopuntopositivo en la elección del candidato, acaban optando por enterrarlos, a la marca y al empleado.
Fundamentalmente he identificado tres motivos: primero, miedo a que untrabajador demasiado visible acabe marchándose a otro empleador, algo totalmente infundado, pues este se acabará yendo, tenga o no marca personal, si lo desea. Segundo, desconfianza hacia el empleado, por confundir tiempo de trabajo y resultados con desarrollo de su marca personal. Tercero, pura envidia.
Undía alguien dijo que las empresas deben sentir que lo único que haces es vivir para ellas; de lo contrario, corres el peligro de que interpreten cualquier otra acción comounatraición. Es hora de entender que desarrollar una buena marca personal nosólo beneficia a untrabajador, sino que también se lo llevan ellas.