Para devotos de la marca
La versión Veloce ofrece detalles de acento deportivo con una mecánica diésel y cambio automático
Los compradores europeos de vehículos compactos del segmento C basan su decisión de compra, principalmente, en aspectos con un alto componente subjetivo, como el diseño o la imagen de marca, y en otros elementos más racionales u objetivos, como el equipamiento o la eficiencia. También entran en juego factores comparables entre varios modelos, como las dimensiones exteriores con relación a la amplitud interior y la capacidad de carga, el rendimiento y las prestaciones y, cómo no, algo tan personal como las sensaciones: deportividad, calidad, etcétera.
EnelcasodelAlfaRomeoGiulietta, concretamente en la variante Veloce objeto de la prueba, probablemente sucumbiría frente a sus rivales directos engranpartedelos apartados analizados. Anadie se le escapa de que se trata de un modelo con un década de presencia en el mercado, y eso se nota... y mucho: diez años en la frenética industria del automóvil son una eternidad. Presentado en el 2009, apenas ha sufrido en este tiempo variaciones significativas y, entrado ya en la fase final de su vida comercial, tampoco merecía la pena realizar modificaciones con la consiguiente inversión. Se especula hace años sobre si tendrá sustituto o no y sobre cuándo cesará su producción.
De momento, sigue disponible, pero sólo los apasionados de la marcavaloraránsuestilo ysudinámica deportiva –sus dos virtudes principales– por encima de sus carencias, que no son pocas (especialmente en lo que a equipamiento se refiere, tanto de seguridad y confort como tecnológico, pese a su nueva pantalla multimedia, de aspecto bastante anticuado, por cierto).
Con el sello Alfa Romeo Estéticamente, es verdad que ha logrado envejecer bastante bien y continúa conservando ese aire inequívocamente italiano en su atractiva silueta, mientras que el tacto de su conducción es francamente deportivo y divertido.
Como buen Alfa, demuestra agi
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VALORACIÓN lidad y precisión en las trazadas, se mueve bien en carreteras viradas y demuestra un excelente aplomo y una buena pisada a ritmos alegres. El conjunto formado por chasis, dirección, suspensión y frenada –con pinzas amarillas firmadas por Brembo– ofrece en general una respuesta muy convincente. También es óptima la combinación motor-cambio, en esta versión formada por un bloque turbodiésel 2.0 JTDm de 170 CV asociado a una transmisión automática de doble embrague TCT con levas en el volante.
Entre los aspectos favorables cabe destacar una sonoridad mecánica bastante atenuada a altas velocidades y una notable suavidad general en las transiciones entre marchas. Sin embargo, pese a sus 350 Nmdesde 1.750 rpm, su motor tarda bastante en despertar si no se circula con el selector de conducción en modo Dynamic, mientras que las reducciones son también algo lentas cuando la exigencia mecánica es mayor.
Sobre el papel, certifica 4,6 litros de media, pero resulta muy difícil lograr registros cercanos a esa cifra; en conducción normal fácilmente el gasto se dispara por encima de los 7 litros.
Otros aspectos en principio menores, comounmaleteroalgojusto (350 litros) para sus 4,35 m, una presentación interior vetusta yclaramente superada, con detalles poco cuidados, y una imagen general discreta y no suficientemente distintiva para la versión más deportiva y exclusiva de la gama, cobran una mayor relevancia cuando sale a relucir su precio: más de 30.000euros. Sin duda, demasiado elevado para lo que ofrece.