La bolsa americana, de récord en récord
El 3 de noviembre del 2020, casi seguro, Trump será reelegido presidente de Estados Unidos. Cuando fue elegido, en noviembre del 2016, todos los analistas auguraban una debacle en las bolsas. Desde entonces, los mercados no han parado de subir. Los políticos a corto plazo pueden influir en las fluctuaciones de la bolsa, pero no nos equivoquemos. A largo plazo, su papel sobre la economía y la evolución de las bolsas no es relevante. El S&P 500 seguirá batiendo récords y recomiendo la inversión en el mercado americano por estos tres factores:
Por un lado, para que las bolsas de un país suban, su economía tiene que marcar el ritmo. Ahí, América puede sacar pecho. El crecimiento es estable y sigue mejorando. Goza casi de pleno empleo y salarios altos, con un sector tecnológico que revoluciona el consumo mundial y hasta la forma de relacionarnos. Siete de las diez empresas más capitalizadas del mundo son tecnológicas y muchas de reciente creación.
Por otro lado, una vez más a lo largo del año 2019, el S&P 500 ha vuelto a batir récords y supera niveles históricos que parecían inalcanzables. Por algo será que todo lo que sube sigue subiendo. En contra de lo que se piensa, lo que va bien, va bien por alguna razón. De hecho, la bolsa americana cuenta con más de cien años de historia y, a pesar de las diferentes crisis que ha sufrido, siempre ha salido reforzada. El capitalismo más puro e independiente del mundo también goza de estabilidad jurídica. Debido a todo esto, la bolsa americana es la más rentable del mundo a largo plazo.
El último factor que nos lleva a recomendar el mercado americano es la debilidad e incertidumbre de otros mercados, especialmente el continente europeo, que sigue anclado en el ostracismo del pasado y que cada vez está más fragmentado. Y lo que es peor, el gran impacto que está teniendo sobre los ahorradores que estamos asistiendo a una represión financiera sin precedentes. Europa se encuentra en un desquiciado nuevo escenario jamás conocido hasta ahora con tipos de interés negativos a más de 10 años. Y todo indica que va para largo. ¿Cómo es posible que Grecia se financie al 1,5% y Estados Unidos, al 1,8%?
Todo esto, sin olvidar que hay tres factores que preocupan al mercado y que pueden influir negativamente. La Reserva Federal seguirá muy activa en sus políticas monetarias y con ganas de que la fiesta siga, aunque no todo depende de ella. Los acuerdos comerciales entre Estados Unidos y China parecen ir por el buen camino, pero en ese tira y afloja todos salimos perdiendo. Y, por último, tenemos las regulaciones y sanciones que se están endureciendo frente a Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google y que podrían tener un impacto importante sobre la cuenta de resultados de dichas compañías.
Una última reflexión: invertir en dólares, aparte de una buena inversión, siempre es refugio. El 2018 fue histórico. Casi todos los activos del mundo tuvieron rentabilidades negativas, excepto el dólar. En un mundo cada vez más volátil y difícil de entender, no se me ocurre mejor refugio que tener dólares en mi cartera de inversión. Para los supersticiosos, las estadísticas avalan que los años de elecciones son años buenos para la bolsa. Como sabemos, para lograr algo en la vida, hay que luchar y ser perseverante. Batir un récord. Nadie dijo que sería fácil.