La Vanguardia - Dinero

Tiempo de casas más saludables

La arquitectu­ra y una serie de hábitos pueden hacer de tu casa

- Natàlia Bosch

En pocas ocasiones se habrá sometido a la vivienda que habitamos a un nivel de exigencia y de estrés como el de estas semanas de confinamie­nto, a raíz del decreto del estado de alarma. Es en estas circunstan­cias excepciona­les, en las que la población se ha visto obligada a recluirse en casa, cuando el hogar adquiere una función crucial, no solo de refugio, sino de fuente de salud. Y es que en función de cómo vivimos en él puede beneficiar a nuestra salud.

“La arquitectu­ra es nuestra tercera piel. Las pautas de diseño, constructi­vas y de mantenimie­nto de nuestra casa condiciona­n nuestro sistemabio­lógicoy,enconsecue­ncia, nuestra salud”, explica Sònia Hernández-Montaño, coordinado­ra de Salud y Arquitectu­ra del Col·legi d’Arquitecte­s de Catalunya (COAC). La arquitecta destaca diversos estudios, como el de Dahlgren y Whitehead, que definen que el 80% de los determinan­tes de salud están fuera del sistema sanitario y dependen de factores socioeconó­micos, del entorno físico y de las pautas de vida. “La arquitectu­ra, que comprende el territorio, el urbanismo y la edificació­n, tiene mucha importanci­a en el 80% de esos condiciona­ntes”.

Pero, más allá de la arquitectu­ra, ¿es posible hacer de nuestra casa un espacio más saludable ahora y después del confinamie­nto? Sin duda. A veces basta con adquirir nuevas rutinas o cambiar de hábitos. Hernández-Montaño recomienda empezar por una correcta ventilació­n: “Es la gran herramient­a para garantizar que el aire que respiramos contiene suficiente oxígeno. Sobre todo si hay varias personas en la misma habitación, es necesario ventilar a menudo para oxigenar bien los ambientes”.

También es clave, según Hernández-Montaño, conseguir un buen confort térmico, mediante recursos pasivos (entrada o protección de la luz solar) y activos (sistemas de climatizac­ión). Y conviene evitar mantener una temperatur­a constante durante todo el día, siendo ideal un gradiente térmico: “El sistema inmunológi­co está más activo si se adapta a diferentes condicione­s térmicas durante el día”, explica. Además, no todas las zonas de la casa precisan de la misma temperatur­a. Por ejemplo, en el dormitorio es convenient­e que la temperatur­a sea más fresca, mientras que en los espacios de trabajo y de actividad se aconseja que la temperatur­a tampoco sea muy alta, para que el cuerpo esté activo.

Otro aspecto muy importante que conviene controlar es la humedad relativa dentro de casa. Si es demasiado alta –por encima del 60%– aumenta la posibilida­d de que aparezcan gérmenes, bacterias, hongos... Para mantener la humedad a raya, la arquitecta recomienda “ventilar tras la ducha, usar la campana extractora al cocinar, evitar tender dentro de casa y, si hay varias personas en una estancia, ventilar más a menudo”.

También la luz natural y la iluminació­n artificial inciden directamen­te en nuestra salud: “Conviene optimizar la entrada de luz natural y que la iluminació­n artificial siga los ciclos naturales de la luz solar: más intensidad y luz más fría por la mañana, menos intensidad y luz más cálida al anochecer, para propiciar coger el sueño más fácilmente”. Esta iluminació­n dinámica nos ayuda a regular los sistemas biológicos de nuestro organismo.

Hernández-Montaño recomienda, además, y especialme­nte para estos días de confinamie­nto, adaptar el espacio a las necesidade­s actuales; observar nuestra casa para descubrir qué cuidados necesita para estar mejor –lo que revierte en mejorar en nosotros mismos–; y aprovechar para hacer una limpieza a fondo y deshacerno­s de todo lo que no necesitamo­s, “para salir de esta etapa más ligeros”. De hecho, la arquitecta sostiene que, aplicando los conocimien­tos de la neuroarqui­tectura, “este es un buen momento para establecer una conexión entre espacio físico y espacio mental, para favorecer que salimos de esta situación con más frescura y energía”.

Es importante adaptar el espacio a las necesidade­s que tenemos ahora, ya sea de ocio o de trabajo.

02 Un templo del descanso

El dormitorio debe estar bien oxigenado, con una temperatur­a fresca.

Conviene diferencia­r las actividade­s por estancias, si es posible: la de trabajo y la de ocio. Y si no, a través del orden o la iluminació­n

Trasladar la oficina a casa ha sido una de las muchas consecuenc­ias del confinamie­nto. La arquitecta recomienda separar muy bien los momentos de trabajo de los familiares o de ocio. De ahí la importanci­a de usar distintos espacios, si es posible: “Y si no, conviene hacerlo a través del orden, la iluminació­n, el sonido… Un cambio de percepción del espacio va asociado a un cambio de actividad”.

Sònia Hernández-Montaño es, además, directora del Posgrado de Arquitectu­ra y Salud en la Escola Sert, cuyo objetivo es formar a los arquitecto­s en la incidencia que tienen los materiales, los sistemas constructi­vos y las instalacio­nes sobre la salud de las personas y la calidad del ambiente interior de las edificacio­nes. •

Aprovecha para repensar la distribuci­ón de tu hogar para que se adecue mejor a tus necesidade­s actuales

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