Tiempo de casas más saludables
La arquitectura y una serie de hábitos pueden hacer de tu casa
En pocas ocasiones se habrá sometido a la vivienda que habitamos a un nivel de exigencia y de estrés como el de estas semanas de confinamiento, a raíz del decreto del estado de alarma. Es en estas circunstancias excepcionales, en las que la población se ha visto obligada a recluirse en casa, cuando el hogar adquiere una función crucial, no solo de refugio, sino de fuente de salud. Y es que en función de cómo vivimos en él puede beneficiar a nuestra salud.
“La arquitectura es nuestra tercera piel. Las pautas de diseño, constructivas y de mantenimiento de nuestra casa condicionan nuestro sistemabiológicoy,enconsecuencia, nuestra salud”, explica Sònia Hernández-Montaño, coordinadora de Salud y Arquitectura del Col·legi d’Arquitectes de Catalunya (COAC). La arquitecta destaca diversos estudios, como el de Dahlgren y Whitehead, que definen que el 80% de los determinantes de salud están fuera del sistema sanitario y dependen de factores socioeconómicos, del entorno físico y de las pautas de vida. “La arquitectura, que comprende el territorio, el urbanismo y la edificación, tiene mucha importancia en el 80% de esos condicionantes”.
Pero, más allá de la arquitectura, ¿es posible hacer de nuestra casa un espacio más saludable ahora y después del confinamiento? Sin duda. A veces basta con adquirir nuevas rutinas o cambiar de hábitos. Hernández-Montaño recomienda empezar por una correcta ventilación: “Es la gran herramienta para garantizar que el aire que respiramos contiene suficiente oxígeno. Sobre todo si hay varias personas en la misma habitación, es necesario ventilar a menudo para oxigenar bien los ambientes”.
También es clave, según Hernández-Montaño, conseguir un buen confort térmico, mediante recursos pasivos (entrada o protección de la luz solar) y activos (sistemas de climatización). Y conviene evitar mantener una temperatura constante durante todo el día, siendo ideal un gradiente térmico: “El sistema inmunológico está más activo si se adapta a diferentes condiciones térmicas durante el día”, explica. Además, no todas las zonas de la casa precisan de la misma temperatura. Por ejemplo, en el dormitorio es conveniente que la temperatura sea más fresca, mientras que en los espacios de trabajo y de actividad se aconseja que la temperatura tampoco sea muy alta, para que el cuerpo esté activo.
Otro aspecto muy importante que conviene controlar es la humedad relativa dentro de casa. Si es demasiado alta –por encima del 60%– aumenta la posibilidad de que aparezcan gérmenes, bacterias, hongos... Para mantener la humedad a raya, la arquitecta recomienda “ventilar tras la ducha, usar la campana extractora al cocinar, evitar tender dentro de casa y, si hay varias personas en una estancia, ventilar más a menudo”.
También la luz natural y la iluminación artificial inciden directamente en nuestra salud: “Conviene optimizar la entrada de luz natural y que la iluminación artificial siga los ciclos naturales de la luz solar: más intensidad y luz más fría por la mañana, menos intensidad y luz más cálida al anochecer, para propiciar coger el sueño más fácilmente”. Esta iluminación dinámica nos ayuda a regular los sistemas biológicos de nuestro organismo.
Hernández-Montaño recomienda, además, y especialmente para estos días de confinamiento, adaptar el espacio a las necesidades actuales; observar nuestra casa para descubrir qué cuidados necesita para estar mejor –lo que revierte en mejorar en nosotros mismos–; y aprovechar para hacer una limpieza a fondo y deshacernos de todo lo que no necesitamos, “para salir de esta etapa más ligeros”. De hecho, la arquitecta sostiene que, aplicando los conocimientos de la neuroarquitectura, “este es un buen momento para establecer una conexión entre espacio físico y espacio mental, para favorecer que salimos de esta situación con más frescura y energía”.
Es importante adaptar el espacio a las necesidades que tenemos ahora, ya sea de ocio o de trabajo.
02 Un templo del descanso
El dormitorio debe estar bien oxigenado, con una temperatura fresca.
Conviene diferenciar las actividades por estancias, si es posible: la de trabajo y la de ocio. Y si no, a través del orden o la iluminación
Trasladar la oficina a casa ha sido una de las muchas consecuencias del confinamiento. La arquitecta recomienda separar muy bien los momentos de trabajo de los familiares o de ocio. De ahí la importancia de usar distintos espacios, si es posible: “Y si no, conviene hacerlo a través del orden, la iluminación, el sonido… Un cambio de percepción del espacio va asociado a un cambio de actividad”.
Sònia Hernández-Montaño es, además, directora del Posgrado de Arquitectura y Salud en la Escola Sert, cuyo objetivo es formar a los arquitectos en la incidencia que tienen los materiales, los sistemas constructivos y las instalaciones sobre la salud de las personas y la calidad del ambiente interior de las edificaciones. •
Aprovecha para repensar la distribución de tu hogar para que se adecue mejor a tus necesidades actuales