Renace la esperanza
La nueva vacuna de Moderna y el fondo para la reconstrucción de Europa nos permiten mirar el futuro con mayor confianza
Los artículos de Josep Corbella en La Vanguardia me provocan mayor confianza y credibilidad que las interminables alocuciones del doctor Simón. Lo siento, porque no debería ser así ya que es fundamental reforzar las instituciones. Pero cuando el periodista a través de sus informaciones transmite su esperanza en la nueva vacuna elaborada por la farmacéutica norteamericana Moderna, me lo creo.
Y lo mismo pasa cuando Ángela Merkel y Emmanuel Macrón proponen un fondo para la reconstrucción de Europa de medio billón de euros, con “b” de barbaridad, ligado a un plan de reformas y de saneamiento a medio plazo. Estas noticias, unidas a una drástica disminución de los nuevos contagios y de decesos, a pesar de la desescalada me permiten ser optimista. El cambio de estación, el uso de las mascarillas de forma generalizada, y, sobre todo, el sentido común demostrado por la mayoría de los ciudadanos, permiten pensar en el fin del confinamiento en semanas.
Como ruido de fondo aparece la bronca política, pero se trata de agua que no moverá molino. Sin dudas habrá tropiezos y sustos en el camino, pero todo indica que lo peor ha pasado y que renace la esperanza. Aún queda el temor de lo que pueda suceder en el otoño-invierno, cuando la vacuna aún no estará disponible. De hecho, durante la mal llamada gripe española fue muchísimo peor la segunda oleada que la primera. Pero en esta ocasión ya estamos preparados y sobreaviso, el rebrote no nos cogerá con la guardia baja.
En el terreno económico también hay solución. Existe bastante consenso entre todos los economistas, keynesianos o no, en que desde el Estado hay que impulsar una política expansiva. Es decir, incrementar el gasto público para reactivar la economía y garantizar las rentas pa