Otras medidas de la banca
Desde el inicio de la crisis sanitaria los bancos se han volcado en sus clientes, tratando de aminorar el impacto de la pandemia sobre las familias y de sostener la actividad de las empresas, ofreciéndoles liquidez y financiación. Ahora que el final del estado de alarma se aproxima, su prioridad es impulsar la recuperación económica y contribuir a recuperar el terreno perdido durante los meses de confinamiento lo antes posible.
En lo peor de la crisis los bancos españoles han reforzado su compromiso por el empleo y han adelantado los plazos de pago a sus proveedores. Su clara apuesta por la digitalización ha permitido mantener la oferta de servicios financieros sin incidencias pese al cierre parcial de oficinas que se ha tenido que decretar para seguir las recomendaciones sanitarias. Ha quedado patente que los bancos estaban preparados para hacer frente a la transformación digital de la sociedad que la pandemia ha acelerado de forma exponencial.
Pero la determinación de los bancos para paliar los efectos del coronavirus ha ido mucho más allá de garantizar los productos y servicios bancarios y de facilitar el aplazamiento de las obligaciones de pago de muchos clientes en situaciones de estrés económico. La gravedad de la situación los ha llevado a tomar medidas ajenas a la operativa habitual de una entidad de depósito. Han dotado fondos para ayudar a las personas en situación de vulnerabilidad, para facilitar la llegada de material médico a los hospitales y para investigar una vacuna. Sus empleados han desarrollado proyectos como voluntarios para recaudar fondos y aliviar las dificultades de niños y mayores, así como para mejorar la preparación de los jóvenes para que encuentren trabajo. Son sólo algunos ejemplos de las medidas no bancarias de los bancos, fruto de su compromiso con la sociedad en los momentos más difíciles.
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