España como centro de servicios
Los centros de servicios compartidos no han sido la excepción de la puesta a prueba que ha supuesto la Covid-19. En este ámbito, España ha pasado con nota mientras que algunos de sus “competidores” han sufrido más dificultades. El tiempo necesario para recuperar y estabilizar las operaciones fue significativamente menor en centros ubicados aquí (plenamente operativos en remoto en muy pocos días) gracias, sobre todo, al nivel de infraestructuras y telecomunicaciones y la disponibilidad de conexiones de alta velocidad en los hogares.
Por el contra, las mayores dificultades de centros offshore –normalmente focalizados en funciones transaccionales y de volumen, donde principalmente se persigue un coste laboral lo más bajo posible (India o Filipinas son ejemplos)– han sido debidas a infraestructuras más frágiles (internet, suministros, etcétera) o falta de visibilidad. Algunas actividades situadas en estos países seguían sin haberse recuperado del todo semanas después.
España lleva tiempo siendo referente en nearshore, categoría donde se ubican centros que requieren talento cualificado, prestar servicios en múltiples idiomas, mismo huso horario… Probablemente, sólo por detrás de Polonia, que sigue siendo la principal ubicación en Europa. Cuando el objetivo principal es minimizar costes, en Europa son también considerados países como Rumanía, República Checa, Bulgaria o Hungría. Portugal se ha convertido en los últimos años en uno de los principales competidores de España por su oferta similar a costes más reducidos. Las localizaciones en Latinoamérica están teniendo más dificultades en entorno Covid-19.
Barcelona y Madrid han vuelto a estar en el radar al ser muy atractivas para servicios de valor añadido. Más allá de funciones “tradicionales” (finanzas, recursos humanos, IT, compras), se están creando muchos centros en España de temas como analytics, ciberseguridad, marketing digital, digital finance, robotics, inteligencia artificial, cadena de suministro… Los aspectos en que España es superada por otros enclaves están relacionados con menores costes laborales y el apoyo de instituciones públicas, tanto en forma de ayudas directas como de iniciativas para generar estabilidad, impulsar la flexibilidad laboral y reconocer el valor estratégico del sector.
Podrían existir muchas oportunidades postCovid-19 para gestionar nuevos servicios. Pronto volverá a ser clave la proximidad geográfica y estar bien conectado tanto con la sede central como con los mercados europeos. Asimismo, la capacidad de reacción, ya demostrada, y la afinidad cultural e idiomática seguirán siendo decisivas. Si conseguimos potenciar agilidad, flexibilidad (también en la estructura de costes), innovación, colaboración –interna y con terceros– y automatización, tenemos una oportunidad: ser la localización idónea para servicios que requieran especialización, potenciar la cultura corporativa y trasformar las operaciones.
Puntos fuertes El nivel de infraestructuras de la IT y de las conexiones de alta velocidad de los hogares ha permitido aguantar la pandemia