Una red que garantiza buenos negocios
Colt se especializa en la conectividad a grandes empresas a través de una red de 190.000 km de fibra óptica
A la vista está la proliferación de operadores de telecomunicaciones. Incontables: grandes o pequeños, móviles o convergentes, globales o locales, con red propia o alquilada. El fenómeno, al parecer imparable, abona la tesis en favor de una consolidación siempre pendiente. La gran mayoría de esas compañías apunta al mercado residencial y sólo unas pocas ponen el acento exclusivamente en las empresas. Colt es de esta clase.
“Con nuestra fibra no se ve el fútbol”, bromea Joan Monrabà, director general de la filial española de Colt Technology Services, con sede en Barcelona y presente en 29 provincias españolas conectándolas a una red global en 212 ciudades.
En números redondos, presta servicio a 30.000 edificios empresariales en todo el mundo (3.000 en España) con 190.000 kilómetros de fibra propia (3.700 en España). Por no mencionar las 900 interfaces que conectan esta red con las de otros operadores. “Nos gusta decir que somos lo bastante grandes para entregar la calidad de servicio que prometemos y lo bastante pequeños para que cada cliente nos importe”, esboza el propio Monrabà.
Reconoce que los movimientos corporativos que agitan al sector le afectan muy poco. “Se crean competidores o se eliminan competidores, es inevitable notarlo aunque no estés concernido ni involucrado”. Una prueba es el advenimiento de 5G. Colt no es un operador móvil ni quiere serlo, pero participa en proyectos de ingeniería con los que sí lo son. Porque sin la fibra óptica que une estaciones base cada vez más densas, el 5G no podría existir.
La estrategia de Colt está determinada por la calidad de su clientela. “Muchos de nuestros clientes en España tienen factorías o centros logísticos en Europa, Estados Unidos o Asia; nos piden conectividad con sus proveedores y clientes o bien servicio de voz para sus centros de contacto”.
Capítulo importante de las inversiones de Colt ha sido la conexión de más de 900 centros de datos (más de 40 en España) y con las regiones de los principales proveedores de servicios cloud: Amazon, Azure e IBM en Europa, Alibaba en Asia. Son prestaciones escalables, en el sentido de que los clientes de Colt pueden contratar capacidades flexibles según cambien sus necesidades estacionales.
Avanza en el mercado la modalidad que se conoce como co-location, en la que una empresa instala el centro de datos y cede a otra la explotación parcial o total. Con este procedimiento están desembarcando en España los grandes proveedores de cloud. Por analogía, la red de Colt enlaza con las cabeceras de los cables submarinos que amarran en la Península, con importancia creciente en el tráfico de datos.
Es un buen negocio en crecimiento, pero con márgenes estrechos, admite. “Lo gestionamos como debe gestionarse cualquier negocio de bajos márgenes: contratos a largo plazo con clientes de volumen”.
La inversión más significativa hecha por Colt en España se completó en el 2018 para expandir la capilaridad de su infraestructura a 29 provincias (antes se centraba en Barcelona, Madrid y València). “No lo hacemos para competir con Telefónica, Vodafone y Orange, con los que lógicamente nos complementamos. Ni vamos a ofrecer nuestro servicio a todas las tiendas que hay en el mercado, pero sí a los datacenter de las grandes cadenas de supermercados”.
En esta clientela de Colt destaca la banca: “Un bit que sale de Tokio llega antes a Londres por nuestra red que por cualquier otra, y eso para un banco representa dinero”. A partir de este, que es su oficio original, la firma se ha extendido a otros sectores, como seguros, farmacéuticas o automoción.
Sin las conexiones de fibra óptica, la tecnología 5G no podría ser operativa