Salvar el producto televisivo
Se estima que 15 millones de personas ven como mínimo un partido durante la temporada en locales públicos: una fuente de audiencia que ahora mismo, con las restricciones, se ha perdido. El fútbol depende de la televisión. Retrasar la Eurocopa del 2020 al 2021 tuvo un impacto económico de 300 millones de euros para la UEFA. “La Liga consiguió salvar la temporada pasada lo que supone su mayor ingreso, que son los contratos televisivos. Esta temporada la ha iniciado con la misma premisa. Pero todos estamos viendo que es una competición irregular, con un calendario extraño, con estadios desangelados que la producción televisiva no ha resuelto bien”, sostiene José María Gay de Liébana. De hecho, en las gradas hay una trama de colores sólo en los planos abiertos, pero en los cerrados se ven los asientos vacíos y el sonido ambiente enlatado no suele responder al juego. “Es una competición sin ambiente y es muy difícil que los patrocinadores que no tengan nada firmado lo hagan ahora o que renueven, si no es a la baja, los que tengan ahora el vencimiento”, pronostica.
El de los estadios, que empezaba a despuntar, se ha congelado. Conceptos en los que el fútbol español también empezaba a trabajar, como el
que añaden un gran valor añadido por la calidad y fidelización que aportan al negocio, también han desaparecido al no haber público en los estadios. Para Gay de Liébana, “es difícil que las empresas vean como una oportunidad de negocio llevar clientes a los estadios, y las reformas del Camp Nou y del Bernabeu iban en esta línea”.
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