La Vanguardia - Dinero

La Covid-19 pesa ante Hacienda

Los ERTE y las ayudas a los autónomos obligarán a estar atentos a la factura fiscal, pero aún se cuenta con algunos meses de margen para reducirla

- Luis Federico Florio

El 2020 entra en su recta final. Uno de los ejercicios más complicado­s que se recuerda para trabajador­es y familias... y por el que aún habrá que rendir cuentas en la próxima campaña de la renta. Entre los cobros de los ERTE y las ayudas a los autónomos, la factura fiscal se complicará para muchos, obligando a declarar a los que no lo hacían o llevando a mirar con lupa los tramos, aunque no implicará que se tenga que pagar. En todo caso, con tres meses por delante, los expertos recuerdan que hay varios trucos para reducir la base imponible, pero este año dependerá de cómo llega el bolsillo de cada uno.

La fiscalidad de los ERTE es una de las grandes preocupaci­ones. Sin ir más lejos, en el pico de la crisis sanitaria 3,38 millones de personas estaban incluidas en un expediente. El problema es que los pagos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) vienen con una retención mínima o nula. “Habrá que pagar en la renta por la parte de ingresos que no ha tenido retención”, expone Carlos Cruzado, presidente del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha). Además, si se cobran más de 1.500 euros en prestacion­es, el límite que obliga a declarar por los rendimient­os de trabajo –los de un asalariado– cae de 22.000 euros a 14.000, aunque varía en función de los hijos o familiares con minusvalía. “Puede ser que a mucha gente que no tenía obligación de hacer la declaració­n ahora le toque, los que han estado en ERTE, de baja, en paro...”, comenta Irene Rovira, profesora de Derecho Financiero y Tributario en la UOC.

Presentar la declaració­n no significa que salga a pagar. “Pero si se venía pagando en las últimas declaracio­nes, igual toca un poco más”, co

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