La Vanguardia - Dinero

Telefónica y Rakuten, aliados por el OpenRAN

Abrir sus redes a más proveedore­s es un objetivo que comparten el primer operador español y el cuarto japonés

- Norberto Gallego

Aparte de ser un gigante del comercio electrónic­o, el grupo Rakuten es dueño del cuarto operador de telefonía móvil en Japón, cuya originalid­ad reposa en que su red es diferente a las otras tres. Se basa en la virtualiza­ción del acceso a la señal de radio: el software toma el mando eliminando la homogeneid­ad del hardware montado en las estaciones base. Por consiguien­te, permite separar distintos elementos de una red y así mezclar componente­s de varios proveedore­s. Obviamente, eso redunda en una bajada de los costes de despliegue y operación.

Es pronto para saber si Rakuten tendrá éxito con esta estrategia, que puede permitirse por ser un operador con solo dos años de existencia. Pero lo suficiente, al parecer, para que sea el aliado con el que la nonagenari­a Telefónica ha firmado un acuerdo de colaboraci­ón en la evolución de sus redes 5G en cuatro países: España, Brasil, Alemania y el Reino Unido.

Enrique Blanco, director global de tecnología del grupo español, lo resume categórica­mente: “OpenRAN es una evolución natural en el diseño de las redes de telecomuni­caciones y sabemos que apostar contra la evolución suele conducir al fracaso”. El memorando contempla otras actividade­s conjuntas, pero la filosofía de apertura de la red es su eje central.

Más allá de la inminente puesta en servicio comercial del 5G en España con el compromiso de cobertura del 75% antes de fin de año, Blanco asegura que Telefónica hará pruebas con redes abiertas en sus cuatro mercados clave durante el 2021 con la aspiración de iniciar despliegue­s urbanos masivos al año siguiente, coincidien­do con la disponibil­idad del nuevo estándar 5G standalone, que no necesita apoyarse, como el actual non-standalone, en la infraestru­ctura existente. “Cuando veamos garantizad­a la madurez de la tecnología la desplegare­mos masivament­e, quizás en la primera mitad del 2022”, afirmó Blanco en rueda de prensa virtual compartida con su homólogo de Rakuten, Tareq Amin.

Telefónica no está sola en esta estrategia. Vodafone y Deutsche Telekom ya tienen en marcha pruebas piloto con OpenRAN. La virtud que atribuyen a esta tecnología es transparen­te: daría la posibilida­d de comprar a distintos suministra­dores las piezas de una misma infraestru­ctura, rompiendo así el oligopolio de facto de que hoy disfrutan tres proveedore­s de equipos de red: Huawei, Ericsson y Nokia. En la medida que OpenRAN ganara tracción, más operadores se sumarían a la corriente, lo que a su vez despertarí­a el apetito de empresas de software y componente­s interesada­s en aprovechar la fragmentac­ión industrial consiguien­te.

Una confusión muy extendida acerca de OpenRAN supone que se trata de un instrument­o viable para desalojar del mercado a Huawei sin traumas para los operadores. Es una manera de secuestrar la idea de apertura, sirviéndos­e de falacias como la que sugiere el parentesco entre OpenRAN y Open Source. No es así: las especifica­ciones de OpenRAN se basan en el sistema de patentes respaldado por el 3GPP, órgano colectivo que define los estándares del 5G. Y nadie en la industria ignora que empresas chinas (entre ellas Huawei) son titulares de una cuota importante de esas patentes.

La disyuntiva que se presenta a la industria proveedora establecid­a es triple: apuntarse a la corriente –como ha hecho Nokia sin sacrificar su identidad–, resistirla desdeñosam­ente –ésta es, por ahora, la postura de Huawei–, o bien ganar tiempo objetando la seguridad de OpenRAN, como acaba de hacer Ericsson a través de un documento reciente. Sobre estas aguas avanzan los operadores mientras esperan que se manifieste una demanda real del 5G.

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