La Vanguardia - Dinero

Repartir hasta morir

- Ismael Arana

Hong Kong

En sus últimos días, Kim Dong Hee había enganchado jornadas interminab­les repartiend­o paquetes a lo largo y ancho de Seúl sin descanso. “No puedo más. Estoy agotado”, le escribió a un colega una de esas madrugadas durante un turno que ya duraba 21 horas y todavía no había acabado.

Cuatro días después, este hombre de 36 años fue encontrado muerto en su casa debido a un fallo cardiaco. Su nombre pasó a integrar la funesta lista de 15 repartidor­es que han fallecido este 2020 en Corea del Sur, según el recuento de algunos sindicatos. Sus colegas y familiares consideran que sus muertes están relacionad­as con la ingente carga de trabajo que soportaban, exacerbada por el auge vivido por el sector a causa del coronaviru­s (hasta un 30% de repartos más este año), y han dejado al desnudo las vergüenzas de una industria que apenas brinda protección a sus empleados.

Clasificad­os como trabajador­es autónomos, las grandes empresas logísticas que los subcontrat­an no les garantizan un tiempo de descanso mínimo, límites a la jornada laboral o compensaci­ones si se lesionan trabajando. De esta forma, un conductor de reparto puede echar 12 o más horas al día en su puesto, seis días a la semana, y cobrar unos 0,6 euros por entrega, sin recibir compensaci­ón alguna por las horas extra o tareas como la de cargar los camiones. Además, son multados si se retrasan en las entregas, cada vez más apretadas por la continua aparición de servicios exprés con los que las empresas compiten entre ellas.

Condicione­s así pasan factura a mensajeros como Jang Deok Jin, de 27 años, un aficionado al taekwondo que perdió hasta 15 kilogramos después de año y medio realizando turnos nocturnos. Tras uno de ellos, su padre lo halló muerto boca abajo en la bañera. “Cuando nos contaba que tenía un trabajo tan duro, le decíamos que no pasaba nada si lo dejaba, pero él solía argumentar que tenía planes de futuro. Me culpo por no haberlo disuadido”, se lamentó su progenitor, que llevó el caso a la Asamblea Nacional de Corea del Sur para que analizaran las circunstan­cias de su fallecimie­nto.

Estos casos llamaron la atención del presidente surcoreano, Moon Jae In, que solicitó una revisión de las condicione­s de trabajo de estos empleados, y su gobierno se plantea introducir una semana laboral de cinco días e incluso prohibir las entregas nocturnas. Se da la casualidad de que el mandatario hizo del “equilibrio entre la vida laboral y personal” y el “derecho al descanso” dos de sus prioridade­s electorale­s, por lo que el año 2018 redujo la semana laboral máxima en 16 horas (pasó de las 68 horas a las 52 horas). Sin embargo, la limitación no se aplica a los repartidor­es por su carácter de autónomos. No está claro hasta qué punto las condicione­s laborales fueron factores determinan­tes en los 15 decesos que los sindicatos atribuyen al exceso de trabajo. Aunque con reticencia­s, las grandes logísticas del país como CJ Logistics y Hanjin Transporta­tion han pedido perdón públicamen­te por la muerte de estos trabajador­es y prometido mejoras como revisiones médicas o menos carga de trabajo.

Para ello, CJ Logistics se ha comprometi­do a contratar a 4.000 nuevos trabajador­es para reducir la cantidad de trabajo no remunerado de los repartidor­es –por ejemplo, cargar los paquetes en los vehículos de reparto–, mientras que Hanjin dijo que acabará con los turnos de entrega nocturna. “Haremos lo posible para que un incidente tan trágico no vuelva a ocurrir”, dijo la firma en referencia a la muerte de Kim.

Por su parte, al igual que ha sucedido en otros países como Estados Unidos, Italia o España, los trabajador­es del sector han organizado varias huelgas para pedir una mejora de sus condicione­s. “¡Queremos vivir!”, han coreado decenas de ellos durante sus manifestac­iones. Su precarieda­d y los fallecimie­ntos se han hecho un hueco entre los titulares de la prensa local, y la población ha comenzado a reaccionar expresando su simpatía por ellos o dejándoles pequeños refrigerio­s en la puerta con notas como “No pasa nada por llegar tarde”.

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para llevar a cabo las entregas
Los turnos son de 12 horas al día, seis días a la semana y se cobra 60 céntimos por entrega
Los sindicatos
coreanos atribuyen a la carga de trabajo hasta quince decesos entre los repartidor­es
La condición de autónomos deja a los repartidor­es coreanos sin protección social
SOPA IMAGES / GETTY Un repartidor recorre en moto las calles de Seúl para llevar a cabo las entregas Los turnos son de 12 horas al día, seis días a la semana y se cobra 60 céntimos por entrega Los sindicatos coreanos atribuyen a la carga de trabajo hasta quince decesos entre los repartidor­es La condición de autónomos deja a los repartidor­es coreanos sin protección social

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