Un año en resumen
Si durante años el mercado del arte se había resistido a hacer de lo online uno de sus canales estratégicos, en este 2020 no le ha quedado más remedio que recuperar el camino perdido. La pandemia provocada por el coronavirus, con sus confinamientos, supuso la paralización de la industria del arte hasta el punto de que se temió un colapso, con cancelaciones de ferias y cierres masivos de galerías y casas de subasta, que tuvieron que buscar en lo digital la senda para continuar con sus actividades, provocando un desbordamiento de propuestas con resultados desiguales según habían evolucionado previamente en este ámbito. Una situación que ha confirmado que las crisis aceleran los cambios latentes en la sociedad y ha desvelado la fragilidad de todos los eslabones del sistema artístico.
En términos económicos, los primeros resultados de las casas de subastas del 2020 apuntan a bajadas del 25% de la facturación, pero se teme que oscile entre el 30% y el 40% en el global del sector cuando Clare McAndrew publique, en tres meses, su informe para Art Basel. A diferencia de otras crisis que ha sufrido este mercado, los precios de las obras no han bajado, y en las subastas que se han realizado en formato híbrido –presenciales y online– los lotes relevantes se han seguido vendiendo alegremente. Un modelo que se muestra como el futuro de esta industria, pues se han registrado récords importantes que han roto definitivamente los máximos que pensábamos que tenían los cana